Research Department: Collaborations
20-02-2017

ABRIR EN CASO DE APOCALIPSIS

Mª José Martínez. Heraldo de Aragón

Leía un día sobre las bondades de escribirse cartas a uno mismo y tenerlas disponibles para aquellas situaciones complicadas de la vida. Con los mercados tan complacientes ante los riesgos venideros: este es el momento para tan didáctico ejercicio.
La teoría económica trata al individuo como ser racional cuando todos somos conscientes de nuestro  comportamiento emocional. De ahí la aversión a las pérdidas: se sufre más por una caída de 100€ de lo que se valoran los beneficios de igual cuantía. En el corto plazo, es fácil dejarse llevar por las caídas y perderse las recuperaciones.
Otro de los sesgos del ser humano emocional es su anclaje a los hechos pasados más recientes, de tal manera que esto condiciona nuestra percepción futura y hace complicado que, inmersos en una crisis, podamos extrapolar  futuros eventos positivos. 
Mi carta respondería a preguntas sencillas: ¿cuántas veces se han cumplido los apocalípticos “esta vez es diferente” de los medios de comunicación?, si hubiera vendido la última vez que entré en pánico ¿qué habría evitado y/o qué me habría perdido?; y sobretodo, ¿cuáles son los presupuestos para invertir en renta variable? No quiero condicionar las respuestas de nadie pero en respuesta a esta última cuestión aparece  el término largo plazo, ¿es congruente tomar decisiones cortoplacistas cuando el horizonte de inversión es otro?

Mª José Martínez Blázquez
Gestora de Inversiones. 
Ibercaja Patrimonios

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