Research Department: Collaborations
30-07-2018

DE RIESGOS Y BOSQUES

María José Martínez. Ibercaja

La Real Academia define riesgo como “contingencia o proximidad de un daño”, daño que para el caso de una inversión sería su pérdida total o parcial. En el mundo financiero se asocia riesgo con volatilidad, medida estadística que mide las fluctuaciones que se producen en el precio.

Como leía este verano: incertidumbre, riesgo y volatilidad no son equivalentes. El riesgo se mide, la incertidumbre no; o, dicho de otra manera, el riesgo es la incertidumbre traducida a números. Más allá del nombre que le pongamos a la posibilidad de perder capital, lo que hay que tener claro -a la hora de invertir- es asignar una probabilidad a que sucedan más cosas de las que realmente sucederán y su impacto.

¿Hay que dejar de apreciar la volatilidad? No; pero sí evitar una dependencia excesiva de ésta.... El silencio suele estar asociado a la tranquilidad y el descanso; sin embargo, el silencio en un bosque es síntoma de peligro inminente, y la calma precede a la tormenta.  El análisis financiero tiende a centrarse en datos estadísticos porque simplifican la realidad, pero no bastan.

Para calibrar este entorno resulta muy válido, lo que Porter definió como las fuerzas (o debilidades) de una compañía: amenaza de competidores, dependencia de clientes y/o proveedores, y nuevos productos competitivos. Una baja volatilidad no siempre implica un bajo riesgo. Que el árbol no nos impida ver el bosque.
 
María José Martínez. Banca Privada de Ibercaja
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