Research Department: Collaborations
15-06-2020

GESTIÓN DEL CAMBIO

Noemí Díez. Heraldo de Aragón

 
Es curioso como la crisis sanitaria y el período de confinamiento ha ordenado sigilosamente no solo nuestras prioridades personales, sino económicas. ¿Cómo desconfinamos una economía hibernada durante meses?

Si algo diferencia esta crisis, de la anterior crisis económica y de otras, es sin duda la actuación rápida e implacable de los Bancos Centrales, con el anuncio de compras de deuda valorado en cantidades ingentes. El verdadero impulso esperado viene por la aprobación de un plan Marshall a la europea (750.000 millones de euros) y que debería aprobarse en julio. Queda una ardua negociación por delante donde todavía quedan difusos los términos de condicionalidades y contenidos que traerán a cambio rigor y control presupuestario y de reformas estructurales.

Nos enfrentamos a esta nueva normalidad de mundo, heredero de una globalización imperfecta y en medio de una revolución tecnológica. Se ha puesto de manifiesto la necesidad de acometer inversiones que transformen el patrón de crecimiento hacia una transición energética y hacia la digitalización, una doble revolución industrial. Nuevos ecosistemas industriales con la mirada puesta en el cambio climático y la necesidad de fortalecer sistemas tan tradicionales como el sector primario y rural, así como sistemas sanitarios capacitados para emergencias sanitarias.

La paciencia y la cautela serán sin duda los valores más preciados para las decisiones de inversión de los próximos meses, y también para sus vidas.
 
 
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