Research Department: Collaborations
10-01-2022

Reflexiones de 2021

Alberto de Antonio. Diari de Tarragona

Para hacer balance de los eventos económicos más importantes de 2021 me gusta formularme la siguiente pregunta: ¿por qué será recordado en términos económicos 2021 dentro de diez años? Lo que me permite poner en perspectiva lo que es verdaderamente importante y lo que no.

El año 2021 será recordado como el de la recuperación tras el fuerte shock provocado por la Covid-19. Durante este año hemos visto como la economía se iba recuperando conforme se iban reduciendo las medidas de distanciamiento social, generando una fuerte recuperación del ciclo económico y una recuperación de los beneficios empresariales. Lo que ha favorecido unas rentabilidades extraordinarias en los principales mercados bursátiles.

Otro de los eventos más importantes del año ha sido la vuelta de la inflación de manera generalizada a las economías occidentales. En España cerramos el mes de diciembre con un dato preliminar de inflación interanual del 6,7%, muy superior a la media de los últimos años. Esto debería hacernos replantear varias cosas.

El repunte de la inflación ha puesto de manifiesto la incapacidad de los bancos centrales no solo de controlar la estabilidad de los precios, sino de la deficiente metodología que estos siguen para proyectar la macroeconomía, ya que han estado durante gran parte de 2021 afirmando que el repunte de inflación era transitorio con unas proyecciones de inflación muy por debajo de los datos reales, para terminar reconociendo que debemos acostumbrarnos a unos niveles de inflación por encima de la media de los últimos años. Por tanto, deberíamos replantearnos si el papel preponderante que los bancos centrales han adquirido desde la crisis de 2008 y especialmente tras la crisis generada por la pandemia, con la implementación de políticas monetarias ultraexpansivas, tiene sentido.

Por otro lado, debemos ser conscientes del impacto que tiene la inflación en los proyectos vitales que cada uno tenemos como individuos. Si este año no hemos obtenido ningún rendimiento de nuestros ahorros, habremos visto como estos perdían un 6,7% de su capacidad adquisitiva. En cuanto a nuestra renta disponible, si no conseguimos un incremento de nuestro salario equivalente, veremos como esta se reduce en el mismo porcentaje. Pero lo más grave es que si se cumplen las proyecciones del Banco de España para 2022, es probable que en dos años una persona que no haya sido capaz de actualizar su salario vea como se reduce su capacidad adquisitiva cerca de un 10%.

Por eso es imperativo proteger nuestros ahorros buscando inversiones que generen rentabilidades reales positivas. En un escenario de tipos de interés artificialmente bajos donde la renta fija ofrece unas posibilidades de inversión reducidas, es necesario mirar hacia clases de activos que ofrecen un mejor binomio rentabilidad-riesgo, como la renta variable. No obstante, debemos ser conscientes de que los extraordinarios rendimientos que hemos visto en las principales bolsas occidentales durante los últimos dos años no son extrapolables a futuro y es posible que observemos una reversión a la media durante los próximos años.

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