¿VUELVE EL INTERÉS INVERSOR?

El apetito por el riesgo ha vuelto en julio, como se ha visto por la importante recuperación de los mercados de renta fija y variable durante el mes. Y todo esto en un entorno de una clara mayor desaceleración económica junto a unos datos de inflación que siguen sin dar tregua, y con unos bancos centrales que continúan con sus políticas restrictivas, el BCE concretamente no subía tipos desde 2011.

Sin embargo, sí se están gestando cambios importantes en el trasfondo de los mercados, y los resumiría en 2: En primer lugar, la fuerte relajación vivida por las curvas de tipos durante el mes de julio, nos indica una nueva fase en la que podrían meterse los mercados, y es la transición de una gran preocupación por la inflación hacia una mayor preocupación sobre el crecimiento. En este contexto no es de extrañar que los rebotes de mercado sean liderados por acciones de crecimiento, ayudadas por la estabilización de los tipos a largo plazo, lo que a su vez alivia la presión sobre los niveles de PER.

Y, por último, beneficios empresariales. Uno de los problemas que veníamos adoleciendo en los últimos meses, era lidiar con unas previsiones de beneficios excesivamente altas para el contexto económico actual. En las últimas semanas, se está produciendo una revisión a la baja en dichos beneficios, lo que supone una racionalización en la estimación de los mismos, más acorde, con esas guías que estamos conociendo estos días por parte de las empresas.