Invertir en tiempos revueltos

Los mercados financieros están navegando a través de un mar lleno de incertidumbres. A medida que los Bancos Centrales suben tipos de forma acelerada para luchar contra los elevados niveles de inflación, las inversiones en renta fija recogen pérdidas históricas (tras años de exuberancia) y los miedos a una recesión y recortes de los beneficios empresariales lastran a los mercados de renta variable. Los ahorros de las familias han disminuido a niveles prepandemia y estamos asistiendo a fuertes movimientos en las divisas. Toda esta incertidumbre crea volatilidad, que es el precio que debemos pagar para obtener rentabilidades positivas a futuro. Ello deriva de la imposibilidad de predecir el comportamiento de los distinto agentes intervinientes, que hace que sea una utopía realizar previsiones macroeconómicas certeras al no ajustarse a leyes fijas. Como apuntó el físico Richard Feynman, imaginen lo difícil que sería la Física si los electrones tuvieran sentimientos. Se preguntarán dónde invertir ante este panorama. Preferimos aplicar una postura defensiva y activa, apostando por bonos de gobierno y crédito a empresas de elevada calidad, ambos con baja duración, y en renta variable recomendaríamos estrategias de dividendo consistente y creciente, sectores defensivos como el farmacéutico y comenzar a invertir selectivamente en compañías tecnológicas de balances saneados que hayan sido excesivamente penalizadas.