Servicio de estudios: Colaboraciones
03-09-2018

EN UN MUNDO INCIERTO

Marcos Sánchez. Heraldo de Aragón

 
“Incertidumbre, dícese de la falta de seguridad o certeza, especialmente cuando genera inquietud”.
La incertidumbre es innata a la bolsa, ya que un inversor no hace otra cosa que confiar en el futuro de una empresa y su entorno, algo que por definición es incierto. 
Esta situación lleva al inversor a asumir un mayor (o menor) riesgo en función de lo que en cada momento percibe como un futuro más (o menos) predecible. Digo percibe, porque insisto en que el futuro es incierto por definición. 
Esta incertidumbre se traslada en el precio que el inversor está dispuesto a pagar. Si a comienzos de este año los inversores pagaban 14 o incluso 15 veces por los beneficios del Ibex-35, ahora apenas pagan 12 veces por esos mismos beneficios. 
Y lo cierto es que motivos existen para percibir un mundo más incierto que hace unos pocos meses. La escalada de tensión comercial entre EE.UU. y China, el renacer del riesgo político en la Zona Euro tras el ascenso al poder de La Lega y M5S en Italia, o el rápido deterioro de países emergentes como Turquía o Argentina, por nombrar algunos. 
Estas incertidumbres se ciernen sobre una realidad que, hasta el momento, sigue siendo la de un crecimiento económico sólido, y por encima de su potencial, y unos beneficios empresariales al alza. 
Para que la percepción sobre estas incertidumbres mejore, y por tanto se esté dispuesto a asumir de nuevo valoraciones más altas, será necesario comprobar que estas no hacen descarrillar dicha realidad.
 
Marcos Sánchez Bienzobas (msanchezb@ibercaja.es). Ibercaja
 

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