ALEMANIA ESQUIVA LA RECESIÓN

 
Después de que el PIB de Alemania cayese un -0,2% en el segundo trimestre, creció un 0,1% en el tercero, lo suficiente para evitar la llamada recesión técnica, es decir, la caída del PIB durante dos trimestres consecutivos.
Más allá de esta definición un tanto arbitraria, lo en verdad relevante son las implicaciones de un crecimiento tan magro y, si analizamos los datos con más detalle, veremos que en Alemania se están viviendo dos realidades distintas. Por una parte, el sector manufacturero sufre las consecuencias de la guerra comercial y el deterioro cíclico, y presenta fuertes caídas de la producción (-4,3% interanual en los nueve primeros meses del año). Por otra, el resto de sectores sigue creciendo y la situación para las familias es muy favorable. No sólo la tasa de paro está en mínimos desde la reunificación (3,1% según Eurostat), sino que aún se crea empleo y suben los salarios. ¿Podríamos realmente haber hablado de recesión con este desempeño?

Es pronto para cantar victoria, conviene tener en cuenta que todavía no hay indicios de mejora en el ciclo industrial, y que el riesgo de que su debilidad se termine contagiando al resto de la economía sigue presente. No obstante, la resistencia de Alemania (que exporta más de un 50% de su PIB) a la guerra comercial, parece una prueba más de que las economías europeas, a costa de grandes sufrimientos, salieron muy reforzadas de la gran recesión.