04-09-2005

Lío en Río... y en Brasilia

Brasil es un país de gran futuro... y siempre lo será. O al menos eso dicen los brasileños con cierta sorna, como quien quiere aliviar con humor sus circunstancias. Un país donde todo es a lo grande: los ríos, las selvas –a pesar de los pesares-, los estadios y, por supuesto, las telenovelas, la política y la economía.

Es la décima potencia por PIB y su mercado financiero representa cerca del 40% del iberoamericano, lo que da idea de su importancia. El gobierno “Lula” desde 2003 inspira esperanza en muchos sentidos y las grandes magnitudes de su gestión económica se han desenvuelto bien, en comparación con años anteriores. Además, como es sabido, se está tomando de cara el gran problema del país, que es la pobreza.

Así las cosas, la divisa brasileña se ha apreciado respecto al dólar y al euro, las agencias de calificación de deuda consideran la situación “estable”, el riesgo país ya está a niveles de 1997 y los índices bursátiles se han mostrado pujantes hasta hace bien poco, siendo este año ligeramente positivos. Todo esto nos lleva a rentabilidades por encima de las conseguidas en muchas plazas de países desarrollados, lo que no es habitual ni mucho menos.

Sin embargo, Brasil tiene dos piedras en el zapato. Coyunturalmente, la amenaza de que los escándalos de corrupción política acaben transmitiéndose al mundo económico. La segunda más que piedra es “China”: los salarios han crecido moderadamente estos años, pero ello no impide que las inversiones se desplacen a los dragones asiáticos, de los que hablaremos en próximas semanas.

Juan Pablo Campos. Heraldo de Aragón, 4 de septiembre de 2005.

A TENER EN CUENTA:

La divisa se ha apreciado respecto al euro, las agencias de calificación de deuda consideran la situación “estable”, el riesgo país ya está a niveles de 1997 y los índices bursátiles se han mostrado pujantes hasta hace bien poco, siendo este año ligeramente positivos. Sin embargo, Brasil tiene dos piedras en el zapato.

Volver