El gigante, ¿dormido?

En los últimos años es frecuente oír voces críticas con la antes reverenciada economía alemana, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta que el crecimiento anual medio del PIB en los últimos diez años ha sido del 1,3% frente al 2,1% de la zona euro, y el 3,7% de España. También es cierto que han incumplido el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que ellos mismos promovieron, con déficits públicos superiores al 3% y que la demanda interna no se termina de recuperar. Los efectos de la reunificación, todavía presentes quince años después de la caída del muro de Berlín, se añaden a la rigidez de la economía y a la existencia de un Estado de Bienestar sumamente generoso.

A pesar de estas circunstancias y de que la resolución de estos problemas es un proceso lento, Alemania goza de un tejido empresarial fuerte que se centra en sectores de alto valor añadido menos expuestos a la competencia internacional que aquellos en los que se especializan otros países europeos. De esta forma, el superávit comercial de Alemania, que es el mayor exportador del mundo, supera el 4% del PIB y la producción industrial crece con relativa salud mientras se estanca la de sus socios.

Así pues, aunque la mayor economía de Europa sufre importantes desequilibrios, tiene una base sólida para poder recuperarse a medio plazo y, por el momento, como prueba de la fortaleza de su industria, el índice bursátil DAX, formado por las 30 mayores empresas germanas, se ha revalorizado un 30% en un año, frente al 20% del Euro Stoxx 50 y el 18% del IBEX.

Santiago Martínez Morando (smartinezm@ibercaja.es). Heraldo de Aragón, 12 de febrero de 2006

A TENER EN CUENTA: A pesar de que la economía alemana en conjunto tiene serios problemas estructurales, su sector industrial goza de mejor salud que el de las demás potencias europeas. Esta situación se ha traducido en una mayor revaloración de su mercado bursátil con respecto al resto de plazas de la zona euro durante los últimos meses.