Letra pequeña
Los aseguradores, es decir, los que trabajamos en esto del seguro, tenemos fama de abusar de la letra pequeña. Con razón, diría yo. Tenemos muchas cosas que decir y poco espacio para hacerlo, por eso utilizamos la letra pequeña. Hoy quiero romper una lanza en favor de la tan denostada letra pequeña y gritar a todo aquel que me quiera leer, que no representa un afán por esconder las cosas, sino una obsesión por contar todo lo que sabemos que afecta al contrato que estamos formalizando, una obsesión porque nuestros clientes se sientan “enormemente seguros”.
Reconozco que más que la letra pequeña me preocupa la letra muy grande, la letra en la que se resaltan y publicitan cantidad de cosas importantes, que a veces no sabemos si se escriben con letra grande porque son importantes o viceversa. Una de estas cosas de letra grande es la fiscalidad de los seguros de ahorro. Cada cuatro o cinco años todo el mundo llora su pérdida, pero el sector sigue creciendo con pasos de gigante y, sin embargo, nadie recuerda ninguna reclamación porque al vencimiento de su seguro de ahorro le han aplicado una fiscalidad distinta de la que le vendieron.
¿Alguien ha cobrado alguna vez su seguro de vida ahorro (sistemático o de inversión) y se ha beneficiado de la misma fiscalidad que le ofrecieron (con letra muy grande) cuando se la vendieron?. Sinceramente, no lo creo. No obstante, la Dirección General de Seguros no recoge en su recopilación oficial de quejas y reclamaciones ninguna que haga referencia a este hecho.
Bueno, pues eso, que lo importante no es el tamaño…de la letra.
Rodrigo Galán Gallardo (rgalan@ibercaja.es). Ibercaja Vida. Heraldo de Aragón, 21 de mayo de 2006.
A TENER EN CUENTA
Hoy quiero romper una lanza en favor de la tan denostada letra pequeña y gritar a todo aquel que me quiera leer, que no representa un afán por esconder las cosas, sino una obsesión por contar todo lo que sabemos que afecta al contrato que estamos formalizando, una obsesión porque los clientes se sientan “enormemente seguros”.
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