El tío Paco

En mayo bulle la primavera, los días se hacen largos, luminosos y las terrazas de los cafés se despliegan por la ciudad prometiendo agradables encuentros con los amigos o la pareja. También es el mes en el que “llega el tío Paco con las rebajas”: la declaración de la renta.

El único modo de reducir nuestra factura con Hacienda, sobre todo si hemos terminado ya de pagar la vivienda habitual, consiste en realizar aportaciones a sistemas de previsión social. Los más conocidos son los planes de pensiones. La cantidad máxima que podemos aportar a los planes de pensiones va a depender de nuestra edad. Hasta los 50 años, el límite está en 10.000 euros al año; a partir de esa edad son 12.500 euros. Ambas cifras suponen la suma de aportaciones particulares y de las efectuadas por las empresas a favor de sus empleados.

La reducción aplicable en la base imponible coincide con el importe de la cantidad aportada, con un máximo del 30% de los rendimientos netos del trabajo o actividades económicas si tenemos menos de 50 años ó el 50% si tenemos 51 años o más. La cifra que no haya podido ser objeto de reducción, por ausencia de base imponible o por la restricción de los límites anteriores, se puede aplicar en ejercicios posteriores.

Además, con la última reforma de la Ley de Planes y Fondos de pensiones se ha ampliado el universo de los potenciales aportantes. Ahora se permite, a las personas que se jubilen, seguir contribuyendo a su plan hasta el momento de iniciar el cobro de éste; ya no quedan necesariamente destinadas para sus herederos, como sucedía hasta 2006.

José Ángel Barriga Casabona. Ibercaja Pensión. Heraldo de Aragón, 29 de abril de 2007

A TENER EN CUENTA

Las aportaciones a planes de pensiones reducen el pago por IRPF, con unos límites que dependen de la edad. La reducción en la base imponible está condicionada al importe y naturaleza de nuestros ingresos. Ahora se permite también aportar a las personas jubiladas hasta el momento de iniciar el cobro de las prestaciones del plan.