Una Historia de seguros
En estos días he leído el trabajo de Antonio Guardiola, “El servicio a la sociedad, permanente razón de ser del seguro privado”, en el que de forma breve repasa tanto nociones del seguro como una evolución histórica de este sistema de protección. Como es bastante gráfica, creo que merece la pena contar hoy, de forma resumida, una de sus opiniones sobre el seguro. Un conocido escritor y periodista, Giovanni Papini, estaba contemplando la ciudad de Nueva York desde uno de los últimos pisos del Empire State. Alguien que estaba a su lado le saludó, era Henry Ford.
¿Qué hace aquí tan solo? Estaba contemplando la ciudad -respondió-, y me parece mentira que los hombres hayan sido capaces de construir todo esto. Henry Ford se acercó más al escritor y le dijo: se equivoca usted, esta ciudad no la han hecho los hombres, la han hechos los seguros.
Añadiendo H. Ford, sin los seguros no tendríamos rascacielos, porque ningún hombre se atrevería a trabajar a esas alturas, a riesgo de matarse y dejar en la miseria a su familia; sin seguros ningún empresario invertiría sus millones en construir un edificio como éste, que una simple chispa puede reducir a cenizas; sin seguro nadie circularía por estas calles, sabiendo que en cualquier momento puede tener un accidente. Y esto no sólo ocurre en Estados Unidos, es el mundo entero el que descansa sobre la base de los seguros. Sin ellos, cada hombre guardaría su dinero sin invertirlo en ninguna parte por temor a perderlo, y la civilización se habría paralizado poco menos que en la barbarie.
Carlos Luis Falcón Lambán (cfalcon@ibercaja.es). Ibercaja Mediación de Seguros. Heraldo de Aragón, 10 de junio de 2007.
A TENER EN CUENTA
En esta “historia” se plasma la filosofía del seguro. Como el sistema necesita un instrumento que dé protección, éste no es otro que el seguro. La única duda consiste en si realmente todo el mundo descansa sobre la base de los seguros. A pesar del continuo crecimiento que estamos teniendo en este sector en España, todavía nos queda mucho camino por recorrer.
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