Servicio de estudios: Colaboraciones
09-03-2008

¿Habrá "decoupling"?

El debate sobre el futuro inmediato de la economía mundial tiene uno de sus puntos centrales en la fortaleza de las potencias emergentes. Ante la importante desaceleración del crecimiento en los países occidentales, la resistencia del bloque emergente (China, India, etc.), cuyo PIB sigue avanzando al 10% interanual, será clave para determinar la evolución del ciclo global. Algunos analistas argumentan que estos países serán capaces de mantener el dinamismo con independencia de la situación de los “hermanos mayores” (Estados Unidos, Japón y Europa) y tendrá lugar el famoso “decoupling” o, en castizo, desacoplamiento. Es decir, los emergentes conseguirán crecer autónomamente.

Conviene precisar varias cuestiones. En primer lugar, los sistemas de medición del riesgo, la elección de instrumentos financieros y la gestión macroeconómica han mejorado notablemente en estos países en los últimos años. Asimismo, los excesos cometidos les afectan sólo de manera colateral, puesto que el núcleo de la crisis de las “subprime” se encuentra en Estados Unidos. Por último, los bancos centrales de los países emergentes acumulan ingentes reservas de divisas.

En el otro platillo de la balanza, los analistas más críticos con la tesis del “decoupling” apuntan que el freno del consumo y la inversión en Norteamérica y Europa reducirá el ritmo de las exportaciones de los emergentes. Una pérdida de pulso que la demanda interna de estos países, en general, no está preparada para suplir. En todo caso, a mi entender, lo cierto es que las probabilidades de “decoupling” son inversamente proporcionales al tiempo de duración de la crisis.

Enrique Barbero Lahoz (ebarbero@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 9 de marzo de 2008.

A TENER EN CUENTA

Algunos analistas creen que los países emergentes serán capaces de mantener su dinamismo económico con independencia de la situación de Estados Unidos, Europa y Japón. Mientras, los analistas más críticos con esta tesis apuntan que sufrirán por el descenso de las exportaciones. En todo caso, las posibilidades de “decoupling” serán inversamente proporcionales a la duración de la crisis.


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