Servicio de estudios: Colaboraciones
04-05-2008

Estados de ánimo

Las bruscas caídas del mes de enero impulsaron la huida del “sufrido” mundo de la renta variable. No está de más repasar los números ahora que, tras la publicación de resultados del primer trimestre, parece haber pasado lo peor. Sin olvidar la volatilidad de los mercados, es probable que hayamos visto los mínimos en el mes de enero. Si cogemos la evolución histórica, la bolsa es el activo financiero más rentable, por encima incluso de los inmuebles.

Los precios a los que cotizan la mayoría de las compañías de gran capitalización (denominados Blue Chips), comparados con los resultados y los dividendos que se esperan de las mismas, hace que éstas sean una atractiva inversión. Sin ir más lejos, BBVA, Telefónica y Santander o las operadoras de telecomunicaciones europeas, entre otras, ofrecen una remuneración al accionista superior al 5%.

Es una realidad, al ser humano le cuesta mucho menos salir de la Bolsa que encontrar el momento para volver a posicionarse. La inversión en renta variable tiene ciclos, como nuestro estado de ánimo, y es complicado acertar el momento justo de compra y venta. Conviene tomar posiciones en distintos momentos del tiempo y no olvidar que la opción más conservadora consiste en marcarse un horizonte temporal de al menos cuatro años.

Cada uno tiene que consultar a la almohada cuál es el nivel de renta variable que no le quita el sueño. Para el resto de nuestro patrimonio, es una buena opción combinar productos como el plazo y fondos monetarios que logren paliar el monstruo de la inflación, o estar en liquidez, a la espera de aprovechar las oportunidades del mercado.

Javier Rillo Sebastián. Ibercaja Patrimonios. Heraldo de Aragón, 4 de mayo de 2008.

A TENER EN CUENTA

Aquel inversor de renta variable que sepa combinar un óptimo nivel de riesgo y un adecuado plazo temporal en la compra – venta de valores, junto con la diversificación en otros productos como depósitos o la propia liquidez, será quien salga victorioso de la encrucijada en la que se encuentran actualmente los mercados.


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