Servicio de estudios: Colaboraciones
08-06-2008

Aterrizaje y deberes

Si repasamos lo ocurrido durante la primera mitad de 2008, encontramos una abrupta variación en las coordenadas básicas de la economía española. El anunciado cambio de ciclo es una realidad que confirman indicadores y evidencias de la vida cotidiana. No obstante, el ajuste está produciéndose de manera más intensa y veloz de lo previsto.

El ejercicio 2007 se cerró con un crecimiento del PIB del 3,8%, mientras que en el primer trimestre del año esta magnitud ha caído al 2,7% y las perspectivas apuntan que no será muy superior al 2% a finales de 2008. Algo similar ocurre con el mercado de trabajo. La tasa de paro alcanzó el 8,6% en diciembre de 2007, ha repuntado hasta el 9,6% y con alta probabilidad se habrá instalado en niveles de dos dígitos cuando llegue el tiempo del turrón y los villancicos. La inflación, que sigue por encima del 4%, completa el cuadro macroeconómico.

En los mercados financieros, igual que en la cuenca del río Ebro, ha llovido con fuerza durante este primer semestre y el IBEX 35 se ha dejado el 12% de su cotización. Pero conviene matizar que podemos asistir a un cierto desacoplamiento entre el aterrizaje de la economía real y la evolución de la Bolsa. De hecho, el 47% de la facturación de las compañías que integran el IBEX procede de mercados exteriores, un halo de optimismo para la continuidad del crecimiento de sus beneficios a pesar del descenso de ventas en nuestro país. En definitiva, las grandes empresas españolas han hecho muy bien los deberes en la fase de vacas gordas y su internacionalización contribuirá a reducir el impacto negativo de la fuerte desaceleración en la que estamos inmersos.

Enrique Barbero Lahoz (ebarbero@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 8 de junio de 2008.

A TENER EN CUENTA

Las coordenadas de la economía española están cambiando de manera abrupta y el IBEX se ha dejado el 12% de su cotización a lo largo de 2008. Pero podemos asistir a un cierto desacoplamiento entre el aterrizaje de la economía real y la evolución de la Bolsa, gracias a la internacionalización que las compañías españolas han impulsado en la fase de vacas gordas.


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