Servicio de estudios: Colaboraciones
23-11-2008

Oxígeno

Estamos asistiendo en los últimos meses a una sucesión de noticias económicas y financieras de marcado carácter negativo. El ajuste en los sectores inmobiliarios de todo el mundo, las restricciones en los mercados internacionales de crédito, el desplome de las Bolsas, los expedientes de regulación de empleo, etc. salpican la actualidad diaria.

Sin embargo, quizá esta vorágine ha dejado en segundo plano el cambio de tendencia en dos variables fundamentales para el desempeño de la economía española en el futuro inmediato. En primer lugar, el IPC de octubre ha cedido hasta el 3,6%, desde los máximos alcanzados este verano en el entorno del 5%. La fuerte corrección del precio del petróleo, que cotiza hoy a poco más de 50 dólares por barril frente a los más de 130 dólares registrados en junio, y la desaceleración de la demanda interna llevarán la inflación a cotas cercanas al 2% en los próximos meses.

A la par, las rebajas del tipo de interés de intervención ejecutadas por el Banco Central Europeo (BCE) se han trasladado, por fin, al euribor 1 año, referencia mayoritaria para los préstamos hipotecarios en nuestro país. El euribor se encamina ya hacia el 4% desde el techo del 5,4% de julio, y probablemente seguirá flexionando a la baja en paralelo a los adicionales descensos de tipos del BCE que descuenta el mercado.

En definitiva, la menor presión de los precios sobre los presupuestos familiares y la reducción de la carga financiera para hogares y empresas aportarán oxígeno a la economía real. Esperemos también que contribuyan a la progresiva restauración de la confianza perdida, condición necesaria para empezar a vislumbrar la salida del túnel.

Enrique Barbero Lahoz (ebarbero@ibercaja.es). Heraldo de Aragón, 23 de noviembre de 2008.

A TENER EN CUENTA

Tras varios meses con noticias únicamente negativas, encontramos por fin un cambio de tendencia en dos variables fundamentales para el desempeño de la economía española. La contención de la inflación y la reducción de la carga financiera para hogares y empresas aportarán oxígeno a la economía real. Esperemos, además, que contribuyan a restaurar la necesaria confianza para empezar a vislumbrar la salida del túnel.


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