España - Alemania, ¿1-0?
La ampliación de la diferencia de rentabilidad que ofrecen los distintos bonos de los Gobiernos europeos ha sido una de las numerosas consecuencias de la crisis financiera que vivimos. Con la integración en la Unión Monetaria, estos diferenciales se habían reducido hasta niveles mínimos. Ya no existía riesgo de cambio (divisa) y la probabilidad de quiebra estimada era muy similar para la mayoría de países de la zona euro. La rentabilidad de la deuda pública española a diez años era prácticamente idéntica a la alemana: entre 2003 y 2007, la diferencia media fue de apenas 3 puntos básicos (0,03%).
La crisis no ha afectado de igual manera a los países europeos, ni a sus sistemas financieros, y también se han diseñado planes de rescate distintos y de diferente magnitud. Por estos motivos, que se han traducido en revisiones a la baja del rating de calidad crediticia para países como España, el abanico de rentabilidades se ha ampliado hasta niveles no vistos desde hace más de diez años. La deuda alemana, que es la preferida y la más líquida en los mercados internacionales, ofrece una rentabilidad a diez años del 3,20%; la española 115 puntos básicos más, es decir, un 4,35%.
Si las perspectivas económicas y las cuentas públicas se siguen deteriorando en mayor medida en España que en el conjunto de Europa, o si se desatan nuevos episodios de elevada aversión al riesgo, los diferenciales pueden seguir incrementándose. Esta situación es una mala noticia para el Estado, pues se encarece su financiación, pero el ahorrador puede encontrar un activo seguro, que ofrece una rentabilidad atractiva, en un entorno de inversión bastante difícil.
Santiago Martínez Morando (smartinezm@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 1 de febrero de 2009.
A TENER EN CUENTA
El incremento de la rentabilidad de la deuda pública española, especialmente comparada con la de otros países europeos, encarece la financiación del Estado. No obstante, esta situación puede ser una oportunidad segura y atractiva a largo plazo para el ahorrador, en un entorno de inversión difícil en los mercados financieros.
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