Servicio de estudios: Colaboraciones
27-09-2009

¿A toda vela?

A los analistas anglosajones les encanta hablar de headwinds o tailwinds (vientos de cara o de espalda) para reflejar los aspectos que pueden entorpecer o ayudar al negocio de una compañía o al devenir de una economía.

Como puede imaginar, hasta hace unos meses, todo eran headwinds. A nivel macro: colapso del consumo, caída del comercio internacional, estancamiento del mercado de crédito, intervenciones bancarias, explosión en los déficit públicos, etc.; y a nivel micro: caídas de ventas, reducción de inventarios, cierre de plantas, despidos y caídas de beneficios. A finales de octubre del año pasado, Merrill Lynch, el banco de inversión norteamericano, rebajaba sus expectativas de crecimiento económico a 32 países en tan solo dos semanas, un ritmo difícil de aguantar.

Los indicadores macroeconómicos adelantados de actividad empresarial marcaron mínimos históricos en noviembre en China, en diciembre en Estados Unidos y en febrero en la zona euro. Desde allí, recuperación ininterrumpida hasta ahora. Los datos de PIB de todas las grandes economías también tuvieron en el primer trimestre de 2009 su punto más bajo y, sin embargo, los datos publicados durante el verano han sorprendido al alza, con la vuelta al crecimiento de Japón, Alemania, Francia y la economía global en su conjunto.

Las estimaciones de beneficios empresariales por parte de los analistas sufrieron su mayor revisión en febrero, con un recorte del 12% a nivel global, en medio de la primera publicación de pérdidas agregadas trimestrales en el mercado de Estados Unidos. En agosto, y tras 24 meses consecutivos de revisiones a la baja, las estimaciones mejoraron un 1% al calor de una muy buena temporada de presentación de resultados en al otro lado del Atlántico. Visto así, con la inestimable ayuda de conocer los datos publicados con posterioridad, no parece tan extraño que los mercados de renta variable y de renta fija privada marcasen mínimos en el mes de marzo.

Así, entraremos cerca de máximos anuales en el último trimestre del año, generalmente de buen comportamiento para los mercados, con una corrección que a pesar de que llevamos tres meses preanunciándola, no acaba de producirse, y con mucha gente que todavía no se ha unido a la fiesta. El flujo de noticias positivas va a seguir apoyando al mercado. La reconstrucción de inventarios, los efectos base y la recuperación paulatina de la confianza de empresarios y consumidores van a hacer que los datos a publicar del tercer y cuarto trimestre sigan la senda de recuperación. Las revisiones de estimaciones de beneficios empresariales son un proceso lento y cuando se vuelven positivas permanecen así alrededor de un año. Y los flujos hacia bolsa suelen ser uno de los principales soportes del comportamiento positivo del cuarto trimestre. Eso sí, quizá todo demasiado rápido y reflejado en buena parte ya en la valoración, sobre todo de la parte más cíclica del mercado. No debemos olvidar que estamos tan solo en el primer aniversario de la mayor crisis financiera de la historia y que sus consecuencias vamos a tener que pagarlas durante bastantes años.

Gracias a la Copa América aprendimos que el spinnaker es una enorme vela que sirve para dar gran velocidad a la marcha del barco, pero que solo puede utilizarse cuando el viento sopla de cola. El mercado parece haberlo desplegado ya. Esperemos que los tailwinds continúen soplando.

Óscar del Diego. Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 27 de septiembre de 2009.


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