Servicio de estudios: Colaboraciones
11-10-2009

Parte médico favorable, pero con precauciones

El espectacular despegue de los mercados bursátiles durante los dos últimos trimestres, desde los mínimos marcados en marzo, refleja la rotunda mejora de las expectativas de los inversores sobre la evolución económica y financiera global a medio plazo. Aunque conviene no olvidar que la rápida recuperación del enfermo no está exenta de importantes riesgos de recaída que pueden prolongar la rehabilitación.

Es cierto que los doctores, Gobiernos y Bancos Centrales, han evitado el peor de los desenlaces, sin escatimar en medios quirúrgicos. La economía mundial ha retomado pulso y algunos países empiezan a ver ya luz al final del túnel de la recesión. Pero el paciente debe seguir en observación porque todavía no está en condiciones, ni mucho menos, de volver a hacer vida “normal”.

La aplicación de la medicina fiscal (programas de gasto público) y monetaria (tipos de interés en mínimos y facilidades de financiación extraordinarias), que ha conseguido estabilizar la situación, debe ser retirada progresivamente. No en vano, la excepcionalidad de las medidas las convierte necesariamente en temporales.

Para que esta estrategia de salida sea exitosa, empresas y consumidores han de relevar a los Gobiernos en el sostenimiento de la demanda de bienes y servicios. No obstante, familias y empresas no han purgado todavía por completo los excesos acumulados en la etapa expansiva previa, en forma de endeudamiento, por lo que habrá seguir con atención el ritmo de reactivación del consumo y la inversión.

De otro lado, en los mercados de materias primas se está apreciando también un notable incremento de precios a lo largo de 2009. Por ejemplo, el petróleo cotiza hoy en torno a los 70 dólares por barril, mientras que llegó a ubicarse por debajo de los 40 dólares a finales de 2008. El repunte de la economía mundial y la creciente demanda estructural en las potencias emergentes (China e India) son los argumentos esgrimidos habitualmente para explicar esta trayectoria. Sin embargo, esta tremenda volatilidad puede sembrar el caldo de cultivo propicio para la especulación y la gestación de burbujas de precios en este tipo de activos, cuyo eventual estallido desestabilizaría nuevamente los mercados financieros. Además, la elevación de precios en los suministros básicos constituye un nuevo foco de presión para las cuentas de resultados de las corporaciones industriales.

Por otra parte, las ingentes necesidades de financiación de los Tesoros nacionales y la sostenibilidad de las finanzas estatales a largo plazo, derivadas del galopante déficit público de 2009 y el previsto para 2010, son otras dos “espadas de Damocles” que añaden dosis extra de incertidumbre al desempeño de la economía internacional en el futuro inmediato.

En definitiva, parece que el paciente ha salido de los cuidados intensivos en los que ha vivido desde el verano del año pasado. Pero, al menos de momento, tendrá que mantenerse en planta hasta que los riesgos expuestos (respuesta a la retirada de estímulos fiscales y monetarios, comportamiento de las materias primas y reconducción de las finanzas públicas) se hayan superado plenamente y pueda dejar el hospital. Eso sí, aún una vez en casa fuera de todo peligro, tardará bastante tiempo en recuperar las facultades que presentaba antes de este intenso episodio de crisis.

Enrique Barbero Lahoz (ebarbero@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 11 de octubre de 2009.


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