Servicio de estudios: Colaboraciones
03-11-2009

Sorpresas en resultados, bolsas que corrigen

Estamos en plena temporada de publicación de resultados del tercer trimestre. De las 500 compañías que componen el Standard & Poor’s 500, más de la mitad ya han dado a conocer cómo ha evolucionado su negocio a lo largo de los tres últimos meses. La tónica es muy positiva, ya que el 86% de estas empresas han anunciado beneficios que han batido en un 15% sus expectativas. El extraordinario esfuerzo en reducción de costes y ajuste de la plantilla están detrás de estos mejores números. Pero la sorpresa no acaba ahí. Lo que realmente no se esperaba es que los ingresos también superasen ligeramente sus estimaciones en nada menos que el 64% de las sociedades que han publicado. Es una buena noticia, pero no hay que perder de vista que más de un tercio de los ingresos de las empresas incluidas en este índice norteamericano provienen de exportaciones. A lo largo del verano, la debilidad del dólar ha mejorado la competitividad de las ventas de EE. UU. al exterior, impulsando al alza la cifra de negocio de las compañías cotizadas. Pero la divisa americana debería apreciarse desde los niveles actuales, por lo que en adelante se necesitará el apoyo de la demanda interna para que las ventas continúen creciendo.

Sin embargo, la reacción de los mercados a estas superiores cifras de beneficios y de ventas no está siendo favorable. Una semana después del anuncio de los primeros resultados del trimestre las bolsas marcaron los niveles máximos del año. El S&P 500 a 1.097 puntos ganaba entonces un 21% desde principios de año. Pero desde entonces las bolsas han retrocedido alrededor de un 5%. Como los inversores ya esperaban que se produjeran mejoras respecto a los números estimados por los analistas, el efecto sorpresa no ha funcionado como catalizador en una subida adicional de las bolsas. Se ha aprovechado para materializar ganancias acumuladas, vendiendo aquellos valores que han conducido la subida: tecnología, seguros, materiales básicos, construcción, bancos, etc. Las caídas alcanzan hasta el 12% desde máximos en algunos de estos sectores. A la vez, se ha visto cierta rotación sectorial. Mientras los inversores se salían de los cíclicos, han comprado los valores más defensivos (telecomunicaciones, alimentación, etc.), que se habían quedado retrasados en la subida.

En el sector financiero, la respuesta a los resultados es más chocante si cabe. Cuando más de tres quintas partes de las compañías han declarado las cifras trimestrales, un 77% han batido en nada menos que un 55% sus expectativas de beneficios. A pesar de ello, el sector que había subido hasta máximos un 60%, ha corregido desde entonces más que el mercado (un 7,5%). Se avecinan mayores requerimientos de capital, lo que está llevando a las entidades financieras a emitir ya en este trimestre. Se estima que hasta final de año los bancos europeos habrán ampliado sus fondos propios en unos 44.000 millones de euros, que representan cerca de un 6% de la capitalización el conjunto. Es mucha presión de papel para un sector que ya no está tan barato (1,5 veces su valor en libros). Aunque existe mucha diversidad en el sector, todavía hay entidades bien capitalizadas y atractivas por valoración. Cumpliendo ambos requisitos, encontramos un grupo que suma un 45% del sector: HSBC, Banco Santander, BNP, Credit Suisse y BBVA.

Anabel Laín Aliaga. Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 1 de noviembre de 2009.


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