Servicio de estudios: Colaboraciones
14-11-2009

Ni demasiado pronto, ni demasiado tarde

En la actualidad, los mercados financieros mundiales están sumergidos en un proceso de recuperación gracias a la decisiva intervención de las autoridades monetarias, que realizaron ingentes inyecciones de liquidez y han mantenido unos tipos de interés anormalmente bajos.

La estrategia de los bancos centrales ha sido clara. Unos tipos de interés bajos y una liquidez abundante facilitan la recapitalización del sistema financiero mundial. Un sistema financiero más fuerte permitirá que se reactive el crédito a las empresas y a las familias de forma más ágil, apoyando así a la economía real. Además, unos tipos de interés reducidos facilitan a los Estados la financiación de los enormes déficits públicos que se han generado por los planes de rescate del sector financiero, los mayores costes por desempleo y las ayudas directas a la compra de automóviles y viviendas.

Sin embargo, a pesar de que los efectos positivos de las medidas de las autoridades monetarias son indudables, algunos inversores empiezan a preocuparse por sus efectos secundarios. Períodos dilatados de liquidez barata tienden a generar burbujas en la valoración de los activos de riesgo. El bajo coste de endeudarse crea incentivos a comprar ante la facilidad para devolver la financiación, generando inflación en el precio de los activos. Así, los inversores comienzan a obviar los fundamentales existentes detrás de los activos, pagando precios excesivos e ignorando los riesgos existentes. En la actualidad no creemos que exista una burbuja en los principales activos financieros, sin embargo, si las actuales medidas monetarias se mantienen de forma prolongada, se estarían dando las condiciones idóneas para su creación.

Las autoridades monetarias están tratando de mantener un delicado equilibrio entre los efectos positivos y negativos. Si retiran las medidas de liquidez demasiado pronto, la incipiente recuperación podría venirse abajo como un castillo de naipes. Si las mantienen demasiado tiempo, se incentivaría a los inversores a la toma de riesgos excesivos. Por el momento, las autoridades monetarias ya han tomado su decisión y mantendrán los tipos de interés bajos por un periodo de tiempo prolongado. Sin embargo, consideramos que 2010 será un año decisivo, en el que los bancos centrales tendrán que afrontar la normalización de las políticas monetarias.

¿Cómo afecta esto a los mercados bursátiles? Las incertidumbres sobre la política monetaria nos hacen ser cautelosos para la bolsa de cara a los próximos trimestres. Aunque los índices bursátiles pueden seguir impulsados por los importantes flujos de liquidez existentes, estas subidas podrían ser muy peligrosas si no responden a una mejora sólida en los fundamentales de la economía real. Por otra parte, una subida de tipos demasiado temprana podría dar al traste con la recuperación de los beneficios empresariales en un momento en que los precios de las acciones están recogiendo una recuperación significativa de éstos. Habrá que esperar pues a que los bancos centrales, que en 2009 detuvieron el colapso del sistema financiero, consigan en 2010 normalizar las política monetarias en el momento justo. Será una tarea complicada, que podría generar momentos de nerviosismo entre los inversores.

David Blasco Palau (dblascop@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 15 de noviembre de 2009.


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