Servicio de estudios: Colaboraciones
14-02-2010

España en el ojo del huracán

En el momento de escribir estas líneas, parece que la cosa se ha calmado un poco, pero hace tan solo una semana parecía que España estaba al borde del abismo, tras una de las mayores caídas bursátiles de los últimos años y un fuerte incremento de la prima de riesgo soberano.

La causa fue que los mercados, que venían castigando a Grecia (y no puede decirse que sin razones), de repente cayeron en la cuenta de que había otros países europeos “periféricos” con importantes desequilibrios macroeconómicos. Ante el riesgo, o el miedo, de que estos países pudiesen estar, o llegar a estar, en una situación tan comprometida como Grecia, apostaron en su contra. Huelga decir que cuando hablamos del “mercado” hacemos referencia a grandes inversores institucionales, que son en su mayoría americanos, británicos, franceses o alemanes, y que las economías “periféricas” son Portugal y España.

Si nos paramos a pensar en si existían razones reales para este castigo, ciertamente puede haberse dado un cierto “ensañamiento” por parte de los inversores (¿especuladores?) internacionales. Pero también es indudable que, en primer lugar, ellos no toman una posición si no ven razones para ello, nunca olvidemos que se están jugando su dinero. Y, en segundo lugar, España efectivamente presenta una serie de desequilibrios acentuados por la crisis económica que atravesamos: paro, incremento del déficit público y del volumen de deuda pública en relación al PIB, volumen del déficit por cuenta corriente, etc. No estamos en la misma posición de Grecia, pero cualquier inversor de la city londinense puede empezar a preguntarse si cabría la posibilidad de que España, que de momento tiene unos problemas más o menos manejables, siguiera empeorando hasta llegar a una situación tan mala como la griega. Y de ahí sólo hubo un paso a que el IBEX 35 pasara de los 11.000 puntos a ubicarse por debajo de los 10.000 y a que el diferencial de nuestra deuda respecto a la alemana se disparase hasta los 100 puntos básicos.

La calma parece haberse instalado de nuevo en los mercados, con las bolsas recuperando parte del terreno perdido y la prima de riesgo respecto a Alemania estrechándose. Sin embargo, lejos de poder afirmar que la tormenta se ha alejado, da más bien la sensación de que España se encuentra justo en el ojo del huracán. Tras unas fuertes turbulencias, parece que llegamos a una zona más estable. Pero eso no debe hacernos olvidar que puede ser un simple instante de calma antes de que la tormenta se nos vuelva a echar encima de lleno. La comunidad inversora internacional, que es quien ha financiado la impresionante fase expansiva de nuestra economía desde mitad de los noventa, y quien, no lo olvidemos, propició que el IBEX 35 subiese el año pasado desde mínimos casi un 70%, ha perdido la confianza en España y ha provocado la caída de nuestros mercados.

Para que el dinero extranjero vuelva es necesario restablecer su confianza en España. No se trata de convencer a los inversores de que estamos en una buena situación, porque no es cierto, sino de que tenemos un plan para reconducir los desequilibrios que asiente las bases de un crecimiento más sano. Ese plan debe ser creíble y recoger todas las reformas estructurales que en la época de bonanza los distintos gobiernos han aplazado. Si no se hace así, nos espera un año tremendamente difícil en los mercados, pero también en la economía real.

Sergio Echevarría (sechevarria@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 14 de febrero de 2010.


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