Servicio de estudios: Colaboraciones
14-03-2010

Un comienzo de año muy movido

Todos los medios informativos se hacían eco esta semana de un aniversario. Hace un año los mercados atravesaban los peores momentos de la crisis financiera y se marcaban los mínimos del actual ciclo bursátil, los famosos 666 puntos del S&P 500, el principal índice bursátil norteamericano. Desde entonces, un espectacular rebote de las bolsas, de más del 50%, parecía haber supuesto un bálsamo para los inversores.

En nuestra opinión, las subidas de 2009 no deben entenderse como la celebración de un nuevo ciclo de crecimiento sostenido. Fueron una reacción a la mejora en el escenario extremo al que habíamos asistido en 2008 y principios de 2009, en el que el sistema financiero mundial parecía estar condenado a su desaparición y la economía mundial a sumergirse en una gran depresión. Los inversores, atemorizados, habían reducido al mínimo sus carteras y la mejora en este escenario permitió que éstos volviesen a creer en la inversión en activos de riesgo.

Sin embargo, el inicio de 2010 ha devuelto el nerviosismo a los inversores. Aún no hemos alcanzado el primer cuarto del partido y muchos de los riesgos que los analistas elucubraban para el año ya se han materializado en mayor o menor medida. Por ejemplo, hemos tenido una agresiva propuesta de reforma del sistema financiero internacional, la llamada Ley Volcker, y Grecia ha traído el miedo al riesgo soberano al centro mismo de la Unión Europea. Además, las autoridades monetarias de todo el mundo se han visto obligadas a retirar parte de las medidas extraordinarias e incluso restringir el acceso a la liquidez, aunque sea de forma testimonial, a los bancos con el fin de evitar tensiones inflacionistas.

Desde un punto de vista macroeconómico, la evolución en lo que va de año tampoco ha sido excesivamente positiva, indicando que todavía quedan muchos desafíos por afrontar. Se ha comprobado que el crecimiento económico sigue siendo débil. Así lo demuestran el retroceso de algunos indicadores de confianza, tanto de los consumidores como de los empresarios norteamericanos. A pesar de los importantes incentivos públicos a la economía, las empresas de este país siguen optando por reducir costes ante una demanda que no mejora sustancialmente. La retirada de medidas de apoyo a sectores como el del automóvil o el de la vivienda está provocando recaídas en los indicadores de evolución de los mismos. El consumo tampoco despega debido a que todavía se sigue destruyendo empleo, lo que incita a las familias a aumentar sus tasas de ahorro.

Pero si el comienzo de año ha sido movido, prepárense porque tenemos citas importantes en las próximas semanas. Así, Grecia tendrá que comparecer ante las autoridades europeas para defender la efectividad de las medidas adoptadas para reducir su déficit público. Por su parte, la Reserva Federal, la principal autoridad financiera de Estados Unidos, tendrá que decidir qué hacer con su importante programa de ayudas extraordinarias al sistema financiero que caducan una vez que ya se ha cumplido un año desde su lanzamiento. Una resolución favorable de estas dos citas ayudaría a clarificar el escenario bursátil para lo que queda de año. En cualquier caso, parece poco probable, dados los riesgos existentes, que los mercados puedan repetir revalorizaciones tan memorables como las vistas el año pasado.

David Blasco Palau (dblascop@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 14 de marzo de 2010.


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