Servicio de estudios: Colaboraciones
23-05-2010

¿Quién paga la crisis?

Tras negar la mayor durante mucho tiempo, Zapatero ha tenido que aceptar que el año pasado se pasó de frenada en su plan de estímulo. Sí, acuérdense de los cartelitos que valían más que las obras y de las veces que abrieron y cerraron zanjas en su calle. En defensa de nuestro Gobierno, las políticas keynesianas de reactivación de demanda eran el centro del debate en las reuniones del “G24”: los Gobiernos debían incrementar su gasto para compensar el descenso en la demanda del sector privado. ¡Qué pena que al final lográsemos que nos invitasen a esas reuniones! Todos pensaban disponer al menos un par de años para adecentar la situación antes de que esas políticas “pasasen de moda”; pero el mercado es así de caprichoso y lo que pedía a gritos hace un año, lo critica ahora.

Además de los obvios perjudicados por el programa de recortes de gasto del Gobierno (funcionarios, pensionistas y receptores de ayudas varias), el principal análisis que debemos hacer es evaluar el impacto de estas medidas en el consumo y, por tanto, en el crecimiento económico. Las primeras estimaciones apuntan a entre 0% y 0,5% de menor actividad en 2010 y entre 0,5 y 1% en 2011, nada positivo para la ya de por sí débil recuperación económica. Sin embargo, es sin duda un paso en la dirección adecuada para que vuelva la confianza a las empresas (reducción de la prima de riesgo soberano y mejor acceso a financiación, generan mayor inversión y creación de empleo) y a las familias (menor ahorro ante una menor incertidumbre, genera un mayor consumo). A todo esto se suma la depreciación del euro que puede tener un efecto favorable sobre el crecimiento de la eurozona de alrededor de un 1% en el próximo año vía sector exterior. Así, el resultado final puede ser incluso positivo, si los mercados dan un poco de tregua y el Gobierno puede refinanciar sin problemas sus próximos vencimientos de deuda pública; sobre todo los de julio, mes en el que se concentra un mayor importe.

En lo que respecta a la bolsa, nos interesa analizar qué compañías se ven más perjudicadas por este plan de consolidación fiscal. Como norma general, cuanto más exposición al consumo nacional, mayores caídas en las estimaciones de beneficios. Casos claros: medios de comunicación, hoteles, materiales de construcción, inmobiliarias y bancos. Las compañías con exposición a renovables también han sufrido recortes por el proceso de negociación abierto para la modificación de las primas que reciben. Las constructoras cotizadas han llevado a cabo un fuerte proceso de diversificación en los últimos años y el negocio tradicional de construcción en España no suma en ninguna más de un 10% en una valoración por suma de partes. No obstante, esto no les ha librado de estar expuestas a otras actividades afectadas (Sacyr con importante peso en inmobiliaria, Acciona y ACS con exposición a renovables, o FCC con su filial cementera). Las menos perjudicadas: empresas con negocios en el exterior con ingresos en dólares u otras monedas que se han revalorizado frente al euro.

En conjunto, la revisión de beneficios del último mes todavía es ligeramente positiva. ayudada por la buena temporada de presentación de resultados, y los niveles de valoración alcanzados tras la corrección son realmente atractivos. Un ratio precio / beneficios de 2010 por debajo de 10 veces para el mercado y rentabilidades por dividendo superiores al 8% para Telefónica, 6% para Iberdrola o del 5% para Repsol y Abertis, parecen verdaderamente interesantes puntos de entrada.

Oscar del Diego Ereza. (comunicacion@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 23 de mayo de 2010.


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