Servicio de estudios: Colaboraciones
06-06-2010

Jet lag

La economía española presenta una creciente descompensación en el ritmo de recuperación de la actividad con respecto al resto de potencias occidentales. El retraso temporal en la entrada en la crisis y la magnitud de los excesos acumulados en la etapa expansiva anterior constituyen los dos factores más relevantes para explicar este jet lag entre el reloj interno nacional y el compás del entorno mundial.

Las tasas de crecimiento del PIB de las áreas emergentes, Estados Unidos y las principales economías europeas, con la única excepción de Gran Bretaña, han sido ya netamente positivas en el primer trimestre de 2010, mientras que España exhibe todavía una contracción interanual del 1,3% en este período. Igualmente, la devolución de las ayudas recibidas por las entidades financieras es la tónica global dominante, frente al proceso todavía en curso de distribución de fondos que se está llevando a cabo aquí a través del FROB. Asimismo, el goteo de rebajas de calificaciones crediticias soberanas y de empresas por parte de las agencias de rating se ha frenado en las últimas semanas a escala internacional, acelerándose por el contrario, simultáneamente, en el caso de España.

Este manifiesto decalaje en la evolución de los fundamentales macroeconómicos, actuales y previstos para el medio plazo, ha castigado de forma diferencial a la bolsa de Madrid en lo que llevamos de año. La caída del selectivo IBEX 35 supera ya el 20% con respecto al cierre de diciembre de 2009, en contraposición con los descensos inferiores al 10% registrados en otras plazas como Nueva York, Tokio, Francfort e, incluso, Londres. El IBEX ha retrocedido en las últimas sesiones hasta mínimos de mayo de 2009, cuando el resto de índices se encuentran en soportes más cercanos, equivalentes a los del otoño de 2009.

En definitiva, los mercados han descontado en gran medida ya el comportamiento relativo negativo que experimentará la economía española en el porvenir inmediato frente al desempeño de la media. La trayectoria reciente de los indicadores de riesgo país, como el diferencial de rendimiento de los bonos públicos a 10 años frente a los homólogos alemanes, confirman esta hipótesis.

No obstante, hemos de recordar que más del 50% de las ventas de las compañías que integran el IBEX 35 procede de mercados exteriores y que muchas corporaciones españolas muestran parámetros de eficiencia, competitividad y rentabilidad muy superiores a los promedios de sus sectores. Adicionalmente, muchos títulos presentan ratios de valoración muy atractivos en los precios a los que cotizan hoy, tanto para la inversión en busca de potenciales plusvalías como para la obtención de dividendos. De hecho, el volumen de capitalización bursátil de algunos de ellos es menor que el patrimonio neto reflejado en sus libros de contabilidad.

La disipación de la intensa niebla coyuntural que se ciñe sobre España representa una condición necesaria para que, al igual que ocurrió en marzo del año pasado con la economía global, la bolsa recupere tracción en los próximos meses. En todo caso, el eventual recorrido alcista no será homogéneo, puesto que la crisis marcará un antes y un después con particularidades singulares en cada rama de actividad en términos de número y dimensión de operadores en el mercado, demanda, estructura de costes, etc.

Enrique Barbero Lahoz (ebarbero@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 6 de junio de 2010.


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