Nuevo seísmo en los mercados de deuda europea
Durante la última semana, la nueva crisis de la deuda soberana europea ha vuelto a dominar la evolución de los mercados financieros. Esta crisis se ha concentrado en cinco países de la zona euro (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia), que han visto como, nuevamente, su prima de riesgo se disparaba a niveles máximos.
Si en la primavera de 2010 el ojo del huracán se centró en Grecia, está vez el turno le ha tocado a Irlanda. La Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional han comenzado las negociaciones con el Gobierno irlandés para que acepte un plan de rescate con el objetivo de frenar la crisis de deuda en la eurozona y evitar posibles contagios. Para ello, es importante diferenciar la problemática que tienen cada uno de estos países y no caer en la tentación de meterlos a todos en el mismo saco.
Mientras las dificultades de Grecia se centran en el abultado déficit de la deuda pública por los excesos cometidos, en Irlanda es principalmente un problema de su sector financiero. Las ayudas recibidas, y las que serán necesarias para salvarlo de la quiebra, han conducido a una situación límite a las arcas públicas. Así, Irlanda tiene una deuda pública en torno al 100% del PIB, más de la mitad proveniente de la creación de un banco malo para asegurar los activos tóxicos, y un déficit público del 32% del PIB previsto al cierre de 2010.
El siguiente de los países más afectados es Portugal, que no tiene problemas de deuda pública, como Grecia, ni bancarios, como Irlanda, pero que lleva una década con crecimiento débil, elevado déficit por cuenta corriente y problemas de competitividad. Es la falta de pulso económico la que hace dudar de su capacidad de repago de la deuda, pública y privada.
Por otra parte, aunque también la prima de riesgo ha llegado a máximos históricos, los analistas y entidades de rating defienden que España no es Irlanda, ni Portugal, ni menos aún Grecia. La deuda española tiene menos riesgo, la dependencia financiera del exterior es menor y el sector financiero es más robusto. Finalmente, aunque Italia es el país del grupo de cinco con menores primas de riesgo, su situación macroeconómica tampoco es muy boyante, ya que acumula dos años de recesión y los niveles de deuda pública se situaban a cierre de 2009 en el 115,8% del PIB.
Por todo ello, España tendría que ser el último de los países periféricos, junto con Italia, en encontrarse con problemas de financiación. Sin embargo, el futuro no está despejado y como esta misma semana recordaba el Gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, la necesidad que el Ejecutivo mantenga la tensión y dirección de su reciente política económica, basada en la austeridad y las reformas estructurales para convencer a los inversores de nuestra capacidad de crecer.
Esta semana hemos vuelto a sufrir un seísmo que también ha sacudido al euro, debilitado frente al dólar hasta cotas del pasado mes de septiembre (1,35 dólares). Y aunque hemos de estar preparados para nuevas sacudidas, lo que veremos será con suerte una réplica de lo ocurrido en la pasada primavera con Grecia. Se ha diagnosticado la problemática y se dispone del mecanismo de ayuda comunitaria, llamado Facilidad Europea de Estabilidad Financiera, para rescatar a los socios con dificultades de solvencia y defender el futuro del euro y de las economías europeas.
Arantxa Gimeno Sanz (magimeno@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 21 de noviembre de 2010.
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