¿Quién será el héroe del 2011?
La economía norteamericana se está recuperando de su peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial, pero lo está haciendo a un ritmo demasiado lento como para reducir niveles inaceptables de desempleo, déficit y riesgos de deflación. El crecimiento es todavía muy bajo porque cuatro grandes sectores de la economía (consumidores, empresas, bancos y gobiernos nacionales y locales) están asustados, cada uno de ellos sobre el futuro de los demás, y de esta forma se centran más en reparar y salvaguardar sus balances que en implementar políticas expansivas. Nadie quiere ser el primer héroe y se espera a los demás para tomar la decisión.
En este contexto, la semana pasada el Gobierno norteamericano decidió dar un paso adelante, y propuso nuevas medidas de impulso a la economía a base de nuevos estímulos fiscales, entre los que destaca un acuerdo que aplaza dos años más los recortes fiscales de la administración Bush. Frente a esta "heroicidad" nos podemos encontrar el problema de la fuerza del efecto arrastre, donde las mayores emisiones de deuda del Gobierno pueden llevar a los tipos de préstamos a niveles más altos para todos. Sin embargo, este efecto puede verse compensado por las masivas compras de bonos por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos y otros bancos centrales. No obstante, en Europa tenemos un panorama adicional, ya que a este escenario se suma la crisis en la Unión Monetaria Europea, lo que hace que los inversores estén especialmente sensibles a las posiciones de deuda, haciendo que la prima de riesgo sobre la deuda del Gobierno se mantenga presionada.
Y con todas estas circunstancias nos encontramos en diciembre. Casi sin darnos cuenta, estamos a una semana escasa de Navidad. Un año complicado, anticipo de otro que no parece mucho más fácil. Todos los futuros años, en mayor o menor medida, parecen complicados, pero siempre surgen oportunidades que no se deben desaprovechar. La mal llamada Crisis económica mundial (realmente una crisis desigual y centrada en los países desarrollados) seguirá evolucionando, caracterizada especialmente en un mercado de trabajo débil e incertidumbre y ajustes en el sector financiero. De hecho, se espera una moderación en el crecimiento mundial tanto en países desarrollados como emergentes. Pero, en general, las empresas no financieras seguirán haciéndolo bien. Buenos resultados, aunque es cierto que marcando un punto de inflexión en su tasa de crecimiento iniciada dos años atrás. Precisamente será la solidez de los resultados empresariales y unas condiciones financieras favorables, lo que podría impulsar a las bolsas durante el próximo año. De nuevo, serán las propias empresas las que marquen el camino al optar a la hora de gestionar su liquidez por aumentar su autocartera, el pago de dividendos y las operaciones corporativas frente al aumento de su capacidad de producción.
Pero no todo será un camino de rosas. No nos podremos desvincular de la inestabilidad asociada a la incertidumbre, alternando periodos de subidas con caídas avivadas por los viejos fantasmas que reaparecerán a lo largo del año (crisis de la deuda) o nuevos hitos que puedan aparecer (¿tensiones en países emergentes?). Por todo ello, será esencial una gestión profesional y minuciosa del riesgo si queremos tener éxito en el nuevo año.
Beatriz Catalán Corredor (comunicacion@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 19 de diciembre de 2010.
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