Servicio de estudios: Colaboraciones
16-01-2011

¿Qué puedo hacer yo?

Es curioso con que soltura se escriban informes de cómo solucionar todos los problemas de la crisis de la deuda soberana europea. ¡Podrían haberlos publicado antes!, justo en aquellas reuniones del G20, a las que alguna vez he hecho referencia, en las que se nos instaba a aumentar el gasto público. Ahora, la “sencilla” receta viene en forma de consolidación fiscal, reformas estructurales y más ayuda financiera para los Estados y entidades en problemas. Todo esto sin que afecte al crecimiento económico, porque si no, no salen las cuentas.

De estos informes, el que más me sorprende es uno de Citigroup, y del que se han hecho eco medios digitales y de prensa escrita de nuestro país por la seguridad con la que pronostica la intervención de Portugal y da probabilidad a la de España. El autor es holandés, pero es curioso ser tan crítico con las finanzas públicas trabajando para un banco que de no haber sido nacionalizado de facto, estaría quebrado. Supongo que Obama, su “jefe” hasta hace un mes, ya que el Gobierno Americano ha vendido su participación, no le hubiese dejado hacer el mismo análisis de EE. UU.; a pesar de ser un país con los déficit públicos y la deuda sobre PIB superiores a la media del viejo continente, y dónde, sin ningún rubor, se saltan a la torera la “prohibición” de imprimir nuevo dinero y la independencia entre la política monetaria y fiscal. La misma reflexión se puede hacer de las decisiones de las tres grandes agencias de calificación, todas con sede curiosamente en Nueva York. Y curioso es también el revuelo que está armando y los ataques que está recibiendo Meredith Whitney, una de las analistas de bolsa más famosas del mundo y que ha fundado su propia casa de análisis para poder hablar sin presiones, por predecir el impago de 50 a 100 corporaciones municipales americanas en 2011.

Pero, aparte del derecho al pataleo, siempre justificable, esta crítica no sirve para solucionar nuestros problemas estructurales ni para tranquilizar a los mercados. Hay que seguir trabajando en el gasto público, la reforma del sistema financiero, del mercado laboral y de las pensiones, y poco a poco, a pesar de los mercados, las cifras nos darán la razón. Debemos darnos cuenta de que el Estado del Bienestar tal y como lo conocemos no se sostiene por razones demográficas y por los niveles de deuda que hemos alcanzado, y tenemos que estar dispuestos a hacer sacrificios. Debemos aumentar nuestra productividad, nuestra movilidad laboral y geográfica, y parafraseando a J. F. Kennedy, pensar no en qué ayuda puedo recibir del Gobierno, sino en qué podemos hacer nosotros para, entre todos, salir de esta situación.

Ya centrándonos en las bolsas, la realidad es que las noticias macro han sido buenas últimamente. La previsión de crecimiento de beneficios para 2011 para todos los mercados en conjunto es de un 15%, la misma cifra que se espera para las empresas europeas. Esto sitúa los ratios de valoración de los mercados en niveles atractivos, con una perspectiva histórica y en un entorno de tipos bajos, pero la volatilidad macroeconómica actual hace poco probable que se produzca una expansión de múltiplos. Para el conjunto del año, esperamos comportamiento positivo de la renta variable pero no exento de volatilidad y con más de algún susto por el camino. Habrá que estar atentos y preparados para correr riesgos cuando el resto del mercado no esté dispuesto a asumirlos, como se ha visto bien claro esta semana.

Óscar del Diego Ereza (comunicacion@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 16 de enero de 2011.


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