La inestabilidad geopolítica amenaza la recuperación
Después de la positiva evolución de las bolsas internacionales en el primer tramo del año, el foco de riesgo geopolítico en el Norte de África y Oriente Medio ha teñido de rojo los principales parques mundiales esta semana. El mundo árabe está hirviendo y las protestas se extienden como la pólvora. Primero fue Túnez, luego Egipto y esta semana el recrudecimiento de las tensiones ha llegado a Bahrein, Marruecos y Libia, donde el conflicto ha tenido su cénit por la importancia de este país como exportador de hidrocarburos.
Libia tiene el 4,5% de las reservas mundiales de petróleo, y produce más del 2% del crudo mundial, lo que lo convierte en uno de los principales suministradores de Europa. Además, posee importantes reservas de gas natural no explotadas y produce algo menos del 1% del gas natural mundial. Esta situación ha propiciado la inexorable escalada del petróleo, situándolo en máximos desde septiembre de 2008. El barril de crudo Brent ha superado los 111 dólares y acumula un incremento del 45% respecto de agosto de 2010.
La progresión de los precios está siendo empujada por dos factores totalmente interrelacionados. Por una parte, la reducción de la producción por parte de Libia que hasta la fecha se ha cifrado en un 25%, lo que equivale a cerca de 400.000 barriles al día, y que supone una menor oferta y por consiguiente una elevación de precios. Y, por otra, el incremento de la prima de riesgo geopolítica debido a que las revueltas han afectado a un país productor y exportador de hidrocarburos, lo que hace temer a los inversores que el contagio podría afectar a otros países de Oriente Medio como Arabia Saudí, con mayor producción de crudo.
Si la situación actual se prolonga a medio plazo, la recuperación mundial podría verse en peligro, como ya sucedió en 2008 cuando el barril alcanzó los 150 dólares, ya que puede conllevar una reducción de los beneficios empresariales por no poder trasladar la subida de los precios a los bienes a consecuencia de la atonía del consumo. Además, este nuevo entorno inflacionista puede adelantar el endurecimiento de la política monetaria por parte de los bancos centrales, con las implicaciones que esto tendría en el crecimiento. Los principales analistas estiman que una subida de 10 dólares en el barril de Brent se traduce en una rebaja de dos o tres décimas en el crecimiento de la economía mundial.
En España, las subidas del petróleo se han convertido en un obstáculo para la competitividad de la economía, tan dependiente de las importaciones de crudo. Esta misma semana el ministro de industria, Miguel Sebastián, ha indicado que una subida de diez dólares en el precio del crudo supone para España una factura adicional de 6.000 millones de euros, cifra que es igual al total de inversión pública anual en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i). Desde mediados de diciembre, fecha en la que se iniciaron las revueltas en el mundo árabe, el petróleo ha subido veinte dólares, lo que supone 12.000 millones más en la factura energética española.
Si la situación se normaliza en el mundo árabe y los precios vuelven a su senda, la recuperación de la economía mundial no debería verse amenazada. Sin embargo, habrá que estar preparados para nuevas sorpresas.
Arantxa Gimeno Sanz (magimeno@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 27 de febrero de 2011.
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