Hacer las américas
Conforme se alarga la crisis, y sin que mejoren demasiado las perspectivas, parece invadirnos cierta sensación de pesimismo. No es de extrañar en una economía devastada, con cerca de cinco millones de parados, pero conviene recordar que no han faltado situaciones difíciles a lo largo de la historia económica de nuestro país, y que se ha salido de ellas.
Hace no tanto, la ausencia de oportunidades movió a no pocos españoles a buscarlas en países europeos como Suiza o Alemania y, antes y en mayor medida, en América, de forma que se popularizó la expresión que titula este artículo. Hoy no se prevé una emigración de tal magnitud, pero sí que parece necesario buscar oportunidades, y no es ningún secreto que las hay en una mayor internacionalización de las empresas.
En el ciclo anterior, crecían con fuerza la demanda y los precios internos (de 1997 a 2007 se incrementaron un 41% frente a un 25% en el caso de los de exportación) por lo que era completamente racional orientar la producción hacia el mercado español. Con la crisis, el potencial de las exportaciones parece mucho mayor que el de una demanda interna marcada por un consumo y una inversión carentes de dinamismo.
Podemos tomar las previsiones del FMI como ejemplo. Para el periodo 2010-2016 espera que el PIB de nuestro país crezca un 1,4% anual (y el de la zona euro un 1,8%), mientras que las importaciones de los países emergentes se incrementarían a un ritmo superior al 10%. Y llegamos así a otro punto clave: los mercados de los países en desarrollo ofrecen un potencial muy superior al de los maduros países avanzados. Por eso, conviene hacer las américas, pero también explorar otras áreas menos conocidas para nuestras empresas, principalmente el sureste asiático, que registra las mayores tasas de crecimiento del mundo.
Reorientar la producción hacia el exterior no es un proceso sencillo, requiere inversión, conocimiento y capacidad competitiva, pero ya se comienzan a apreciar los primeros avances. La producción industrial en España apenas ha crecido un 4% desde el mínimo de 2009 y todavía tendría que incrementarse un 30% adicional para recuperar los niveles previos a la crisis, mientras que las exportaciones han aumentado un 40% y recuperan las cotas de entonces. Además, el crecimiento es más pronunciado hacia los países emergentes, si bien, la cuota de exportaciones a estos mercados es todavía muy baja (exportamos más a Portugal que a todo Asia).
Otro factor a tener en cuenta es la internacionalización del sector terciario, gracias en buena parte a las nuevas tecnologías. Las exportaciones de servicios ya representan un 9% del PIB (las de bienes un 20%) y cada vez hay menor dependencia del turismo (supone un 42% de esta partida frente a un 66% a principios de los 90).
En el actual entorno de estancamiento interno, se está valorando positivamente, tanto en la bolsa como en los mercados de crédito, la vocación exterior de las empresas. El crecimiento vía exportaciones no es la panacea para la salida de la crisis, sobre todo porque el peso del sector exportador en el PIB es todavía limitado, y obviamente, entraña importantes riesgos, pero que las empresas de nuestro país sigan haciendo con éxito las américas y las asias puede ser el primer paso hacia un horizonte menos sombrío.
Santiago Martínez Morando (smartinezm@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 5 de junio de 2011.
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