Servicio de estudios: Colaboraciones
08-01-2012

Señores abróchense bien los cinturones: llega la cuesta de enero

En afán de recuperar la confianza de los mercados y ayudar al desapalancamiento, la última parte del año 2011 en Europa ha estado plagada de recortes y ahorros fiscales. La austeridad alemana-francesa se impuso como paso esencial para evitar un mayor deterioro económico.

El superciclo de deuda pone fin a 30 años de crecimiento sin precedentes en las economías desarrolladas. Los excesos se han extendido tanto en el sector público como en el privado: el ratio de deuda pública sobre PIB de los occidentales ha pasado del 40% en 1980 al 90% en 2011, mientras que para la deuda privada ha pasado del 100% al 230%. Esta situación llega ahora a ser insostenible y desemboca en una tormenta de ajustes fiscales.

En España nos hemos apresurado a ajustar la partida de gastos e incrementar la recaudación de ingresos. Pero...¿son suficientes las medidas anunciabas hasta ahora tras la revisión al alza del déficit esperado para 2011 del 6% al 8%? Todo apunta a que seguiremos viendo medidas adicionales, sobre todo en marzo con los Presupuestos Generales. Y es que, para alcanzar el 3% de déficit marcado por Bruselas, todavía existiría un gap de unos 35.000 millones de euros tras el ajuste de 2011.

La irresponsabilidad fiscal de las comunidades autónomas en los últimos 10 años va a ser uno de los temas pendientes y candentes a tratar. Su deuda ya supera los 135.000, el 12,6% del PIB. La deuda total de las administraciones públicas se sitúa en los 706.000 millones, un 66% del PIB.

Y en el resto de Europa, hemos visto más de lo mismo. En Portugal ,donde se espera un crecimiento negativo del 3%, revisaron su plan de ajustes a finales de año, después del agujero presupuestario de 3.000 millones descubierto en noviembre. La economía lusa recibirá ayudas de la UE y FMI por valor de 80.000 millones. Italia, con la prima de riesgo al cuello, aprobó un plan de ajuste de 30.000 millones hasta 2014. En el país alpino, que se vio abocado a retirar del ejecutivo al exprimer ministro Berlusconi, los intereses de su deuda suponen más del 4% del PIB (o más del 11% de los ingresos públicos), equivalente al déficit fiscal actual y su deuda pública supera el 120% del PIB. Y el gobierno francés aumentó su paquete de medidas de austeridad hasta casi 20.000 millones en 2012-13 con el fin de defender su máxima calificación crediticia.

En contraposición y navegando en contracorriente europea, Estados Unidos, aprobaba a finales de diciembre la extensión de las exenciones fiscales sobre los salarios, estimada en 33.000 millones de dólares. A pesar de su casi 9% de déficit presupuestario y un nivel de deuda sobre PIB en el 100% (cercano al 120% tras la Segunda Guerra Mundial), la preocupación fundamental de su ejecutivo sigue siendo la recuperación del empleo y el sostenimiento del consumo. ¿Por qué no es igualmente frágil el sistema Federal? Tal vez la respuesta sea la capacidad del gobierno central para contraer déficits y actuar con decisión, junto con la movilidad laboral. Sin embargo, la UE no tiene una sólida estructura fiscal centralizada con un mandato anticíclico y, además, la movilidad laboral, está limitada por el idioma, la legislación y regímenes regulatorios distintos.

Resulta complicado determinar si el problema crucial para la Eurozona es el crecimiento o el desequilibrio fiscal, opiniones para todos los gustos. Lo que está claro es que ambas están interrelacionadas, y que las medidas anunciadas hasta ahora restarían 1% al crecimiento del PIB en la zona.

En un entorno económico frágil, las decisiones políticas adquieren una mayor relevancia. Aunque en Europa el apoyo mostrado por el BCE salva la financiación bancaria y ayuda a reducir la percepción de riesgo, tengan en mente que no supondrá una mejora económica.

Los dirigentes europeos tratan ahora de acordar a contrarreloj un pacto fiscal común, un paso adelante que parece esencial, más allá de establecer unos meros requisitos y voluntad política que se derivaban de la unión monetaria.

Noemí Díez Cebamanos (ndiez@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 8 de enero de 2012.


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