BUENO, BONITO Y ...
... Barato. Este es el reclamo que recuerdo de mis vacaciones en las costas españolas durante los maravillosos años noventa. ¿Qué son nuestros políticos más que magníficos vendedores? Si en otros tiempos tratábamos de vender nuestro país como destino turístico o como fábrica a bajo coste, la situación actual de nuestra economía hace que, fuera de nuestras fronteras, se nos conozca por la situación de nuestra deuda.
A más de uno, más que las uvas de final de año, se nos ha atragantado la reforma fiscal. Y es que, mientras el propósito de año nuevo para el común de los mortales pasa por el tabaco o la dieta, los objetivos para nuestros gobernantes son más ambiciosos: subida de ingresos (impuestos) y control de costes. La primera parte la han asegurado a través de un recargo solidario en un impuesto como el IRPF, cuya posibilidad de elusión (por decirlo de una manera suave) es limitada, esto es, que se paga si o si.
En lo que respecta a la partida de gastos, continuamos con la senda marcada por el gobierno anterior: congelación salarial de los funcionarios, tasa de reposición cero en los servicios públicos (excepto en servicios básicos como educación, policía y sanidad) y la manida reforma laboral. La única novedad radica en el control de los hijos pródigos, las Comunidades Autónomas.
Todo ello nos lleva a que, de cara al exterior (que no de cara al ciudadano), nuestra deuda es cada vez es mejor, o lo que es lo mismo, se reduce la percepción de riesgo de impago de la misma.
Un aspecto que nos faltaría tratar es la temida competencia. Si antes nos movíamos en el exclusivo grupo de los PIGS, el pasado viernes la agencia Standard & Poors bajó el rating a otros 6 países de la Eurozona, incluida la todopoderosa Francia. Así que ahora tenemos más de 10 países trabajando en mejorar la calidad de su producto...
Nuestro producto es bueno (qué va a decir un padre de sus vástagos), pero, ¿progresamos adecuadamente o necesitamos mejorar? Los precios del mercado han mejorado sustancialmente: el diferencial ha pasado del 4.65% a 3.3%.
Sin menospreciar el efecto de las medidas llevadas a cabo en España no hay que olvidar las tomadas por el BCE. El mercado de renta fija ha buscado durante mucho tiempo lo que se ha denominado como comprador de último recurso. Esto es, alguien que cuando los niveles de la deuda se dispararan saliera al rescate de los mismos. Mientras que en EEUU y Reino Unido han sido los bancos centrales los que han ejercido este papel, nuestro homólogo europeo, dada la regulación vigente, no tenía potestad para hacerlo. La subasta de liquidez a 3 años llevada a cabo por el BCE es un paso intermedio para que sean las entidades financieras las que ejerzan esta función. Si los bancos pueden pedir prestado dinero al 1% e invertirlo al 3% obtienen un beneficio del 2%. Eso si, el riesgo también es para ellos, porque en caso de impago de la deuda que compran serán estas entidades las que tendrían que asumir las perdidas.
Entonces, ¿compramos tan optimo producto o como suele decirse es solo flor de un día? Esto es como la niebla con la que convivimos en la depresión del Ebro, por mucho que salga el sol algún día que otro, todos sabemos que hasta que no acabe el invierno volveremos a teñir de gris la mayoría de nuestros amaneceres.
Mª José Martínez Blázquez (martinez@ibgestion.com). Ibercaja Patrimonios. Heraldo de Aragón, 22 de enero de 2012.
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