El primer susto del año
Tras cuatro meses en los que las subidas de las bolsas en Europa y EE.UU. habían sido generalizadas, las bolsas han tenido el primer susto de 2012. Por el momento la corrección no ha sido grave, pero pone fin a un periodo de relativa tranquilidad e incluso optimismo para los inversores.
Varios factores han frenado a los índices. Grecia sigue inmersa en su particular historia interminable. Se espera que el gobierno heleno finalice este fin de semana su plan de quita pero el éxito no está asegurado. Una aceptación por debajo del 75%, escenario muy poco probable pero no imposible, podría desembocar en una quiebra desordenada del país. Otro factor negativo habría sido el final de las subastas por parte del BCE. El trillón de Euros inyectado a 3 años había servido de anestesia, especialmente para la deuda soberana de España e Italia, reduciendo las primas de riesgo. El tercer factor negativo han sido unos datos macroeconómicos más débiles de lo esperado en China, Brasil y EE.UU. Con la demanda interna en Europa bajo mínimos, una desaceleración de las principales potencias económicas mundiales tendría un efecto muy negativo en los resultados de las empresas europeas.
En el corto plazo, los mercados pueden haber marcado un techo y creemos que todavía es pronto para que afronten subidas de mayor calado. Las incertidumbres que nos esperan en las próximas semanas son importantes. En abril tenemos elecciones en Grecia y los partidos políticos más radicales y opuestos a Europa parecen estar ganando terreno. El pasado mes de noviembre Papandreu anunció un posible referéndum para cuestionar la continuidad de su país en Europa y los mercados reaccionaron con caídas superiores al 10%. En Francia las elecciones también están a la vuelta de la esquina y un cambio de gobierno parece posible. Hollande, el candidato que lidera las encuestas, asegura estar dispuesto a revisar las medidas adoptadas en Europa en los últimos meses. Por su parte, el BCE parece que optará por no realizar nuevas inyecciones a la espera de que los países vayan cumpliendo con sus objetivos de ajuste. Más allá de las fronteras europeas, las tensiones entre Israel e Irán podrían seguir presionando al alza el precio del petróleo. Este riesgo inflacionista obligaría a los bancos centrales a llevar a cabo subidas generalizadas de tipos. Esto supondría una losa para el débil crecimiento esperado para las economías desarrolladas. En definitiva, todavía muchos riesgos por delante para creer que el susto de esta semana será el último.
David Blasco Palau (dblascop@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 11 de marzo de 2012
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