Servicio de estudios: Colaboraciones
18-03-2012

Tragedia griega

Preguntado acerca de la restructuración de la Deuda Griega, un directivo de un banco alemán comentaba que había sido tan voluntaria como una confesión de brujería en tiempos de la Santa Inquisición. Aún así, lograr un 86% de aceptación en un canje en el que la pérdida para los que han acudido (o les han hecho acudir) ronda el 80% de lo invertido tiene mucho mérito; el Gobierno griego y el resto de dirigentes europeos han sido, digamos, muy persuasivos. Además, como los deudores públicos, los inversores de letras y los de bonos a muy largo plazo no estaban invitados a la oferta (en los documentos oficiales se utilizaba exactamente este término), la deuda sobre PIB “sólo” baja del 165% al 130% y el mercado anticipa que no va a ser suficiente: los nuevos bonos cotizan a un 25% de su valor nominal. El guión del drama griego puede no haber completado su última página.


Centrándonos en los voluntarios forzosos, supongo que lo óptimo hubiese sido no aplicar las clausulas de negociación colectiva. Sin embargo, el enroque de varios fondos de pensiones griegos en no acudir al canje, ha hecho inevitable esta decisión: hubiese sido muy difícil de defender políticamente lo contrario dentro de la propia Grecia. De este modo, la primera quiebra técnica de la zona euro se ha producido y aunque nos han repetido por activa y por pasiva que es un caso único, sólo el tiempo lo dirá. El precedente es negativo por dos motivos: el primero porque los deudores públicos se han librado arbitrariamente de la quita; en países con ayudas como Portugal la deuda en manos oficiales se espera que alcance el 45% del total en 2014 con lo que posibles restructuraciones pueden afectar más que proporcionalmente a los inversores privados. En segundo lugar, se da la paradoja de que parte de las nuevas ayudas internacionales al país, cuya aprobación dependía del éxito de esta restructuración, van para recapitalizar los bancos griegos: ha resultado más seguro prestar a un banco que a su propio estado. Los países intervenidos, Portugal e Irlanda, y los que no cumplan las previsiones de déficit, entre los que parece que nos estamos quedando solos, pueden verse afectados.


Por otro lado, el mercado de renta variable sigue mostrando fortaleza al calor de las medidas de relajación monetaria. Los máximos de octubre han sido superados y las bolsas podrían tratar de alcanzar los niveles de antes del verano. Nosotros creemos que deberían tomarse un respiro ya que el efecto de las subastas de liquidez puede disminuir y los inversores pueden volver a fijarse en los problemas estructurales y de falta de crecimiento que afectan a las principales economías desarrolladas.

Oscar del Diego Ereza (Oscar@ibgestion.com). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 18 de marzo de 2012


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