Habla Draghi, César mercado te escucha
Estamos a punto de finalizar uno de los mejores meses de agosto de todos los tiempos. Los índices americanos tocan máximos desde 2008 y las bolsas europeas acumulan un alza de entre el 20/25% desde los mínimos de julio. El mensaje de salvación lanzado por Draghi parecía asegurar una intervención monetaria en el mercado de deuda pública periférica. Sin mover un dedo, la rentabilidad de la deuda española a 10 años ha pasado desde niveles del 7,7% hasta situarse cerca del 6%. ¿Qué fácil no? .
Se acerca septiembre y en ausencia de acción por parte de las autoridades monetarias, con casi toda seguridad las rentabilidades de la deuda española e italiana volverían a máximos y, de nuevo, se pondría en duda el proyecto del euro.
La última solución que se está barajando es que se fije un techo para los tipos soberanos. Cuando los tipos de interés superaran un cierto margen respecto a los bonos alemanes se activaría el programa de compra de deuda pública. Pero para pena de muchos, el BCE se apresuró en desmentir esta acción.
No es la primera vez que se plantea esta alternativa, en concreto en noviembre del año pasado, cuando finalmente se optó por las subastas de liquidez a 3 años, con un cuestionado éxito o efecto de calado en los mercados.
Pero no es tan fácil, si tenemos en cuenta que contamos con la oposición desde Alemania a que el BCE sea prestamista en última instancia.
La clave ahora está en la próxima reunión del BCE del 6 de septiembre, casualmente el mismo día que Merkel visitará España y no precisamente para pasar unos días de vacaciones. Cualquier acción del BCE está supeditada a que se pida formalmente el rescate. Sin embargo, el deseo desde aquí es que no se pongan límites, ni en cantidad ni tiempo, en el programa de compra de deuda, y por supuesto, que no se pasen de frenada con aquello de la condicionalidad o sumisión en ajustes.
¿Tiene solución una crisis de deuda? Si el BCE controla las expectativas de inflación o el Banco Central de Suiza pone freno a las expectativas de tipos de cambio, ¿por qué no se va a poder intervenir en los mercados de deuda soberana? El fondo de rescate permanente, ESM, podría ser quien interviniera en mercado para fijar las expectativas sobre las primas de riesgo, de modo que estimularía la demanda de bonos soberanos, allanando el camino a los Estados miembros que necesiten emitir nueva deuda.
Se preguntarán quien pone el dinero del ESM. Se supone que el resto de Europa, ¿hay alguien en condiciones de ponerlo? Podría inyectárselo el BCE o, tal vez, emitir eurobonos. Para llegar hasta ahí, es condición necesaria implementar reformas estructurales en los países con mayores desequilibrios y efectividad en el ajuste fiscal.
Los mercados entretanto seguirán viviendo de expectativas. Aunque la ruptura de máximos puede llevar a atraer a más compradores, ello no tendría por qué implicar que el rally sea sostenible en el tiempo.
Noemí diez Cebamanos (ndiez@ibercaja.es) Ibercaja. Heraldo de Aragón, 26 de agosto de 2012
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