Servicio de estudios: Colaboraciones
04-11-2012

La tormenta electoral perfecta

El próximo martes 6 de noviembre, si las inclemencias meteorólogicas lo permiten, se celebrarán elecciones en Estados Unidos para elegir al nuevo Presidente, renovar el Congreso y un tercio del Senado. Las elecciones tienen lugar en un contexto clave, no sólo por los ajustados resultados que apuntan las encuestas, sino por la necesidad imperiosa de llegar a un acuerdo sobre los ajustes fiscales.


El archiconocido fiscal cliff o precipicio fiscal, combinación de aumentos de impuestos y recortes de gasto público que entrarán en vigor desde comienzos de 2013, puede llegar a suponer un 5% de menor PIB y acercar el crecimiento del próximo año al borde de la recesión. Pero, ¿por qué ahora? .


Teniendo en cuenta que el déficit de cada año se va acumulando al volumen de deuda de cada país, la limitación fiscal subyace del concepto de techo de deuda, que data de la primera guerra mundial. El tesoro americano solo puede pedir prestado hasta un determinado nivel, que es aprobado por el Congreso. En abril de 2011 se alcanzó el límite marcado en el año anterior, dejando al gobierno sin margen de maniobra. Ese agosto se alcanzó un acuerdo in extremis para elevar el techo de la deuda, a cambio de introducir recortes automáticos del gasto y aumentos de impuestos que entrarían en vigor en 2013. Una patada hacia delante al problema que ahora vuelve a aparecer en el horizonte.


A 2 meses del nuevo año, las soluciones que ahora plantean las fuerzas políticas difieren: los republicanos quieren reducir el gasto y evitar aumentar los impuestos mientras que los demócratas buscan una combinación de recortes de gastos y aumentos de impuestos. Aunque todo apunta a que los demócratas encabezados por Obama ganarán la presidencia y el Senado, lo que incrementaría su poder de negociación en política fiscal, no se libraría de una posible oposición en el Congreso cuando se alcance el techo de la deuda en febrero.
El propio FMI ya advertía en su último informe de que los países estaban infraestimando el efecto multiplicador de las medidas fiscales, por lo que el efecto negativo en crecimiento podría llegar a ser incluso mayor. A USA le crecen los enanos. El ajuste se produce con un cada vez más limitado margen de política monetaria y el tiempo para alcanzar un acuerdo antes de que entren en vigor estas medidas, prácticamente se reduce a diciembre. No cabría descartar tampoco una rebaja de calificación crediticia, donde la agencia Fitch ya ha advertido sobre un posible recorte.


El fatídico verano de 2011 se saldó con el 15% de caída de los índices bursátiles americanos. Aunque no parece que se vaya a producir un desenlace fatal a modo de catástrofe, el escenario es sin duda delicado. La duración y complejidad de la disputa dependerá del resultado electoral, pero todo apunta a un período de mayor volatilidad de los mercados.

Noemi Diez Cebamanos (ndiez@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 4 de noviembre de 2012


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