Servicio de estudios: Colaboraciones
16-12-2012

Deuda emergente: mirando al 2013

Decía Albert Einstein que es mejor ser optimista y equivocarse que ser pesimista y tener razón. No seré yo quien le lleve la contraria al científico de origen alemán. Así que, aún a riesgo de equivocarme (algo de lo que no escapa nadie en este mundo financiero) y frente a algunas voces que hablan de una posible burbuja en deuda emergente, basada en el espectacular comportamiento experimentado por estos mercados en los últimos tiempos, creo que los datos nos indican que todavía existe valor y que estos países siguen siendo un lugar de inversión atractivo. El FMI ha revisado recientemente a la baja su previsión de crecimiento mundial anual para 2013 (del 3,9% al 3,6%) sin embargo, se espera que el crecimiento del PIB de los mercados emergentes se mantenga relativamente sólido: China 8,2%, India 6% y Brasil 4%.


El panorama de deuda emergente ha evolucionado de forma significativa en los últimos años, reflejando la mayor estabilidad económica de estos países. Las políticas monetarias ortodoxas llevadas a cabo, así como la relativa fortaleza en el crecimiento les ha permitido generar confianza entre los inversores convirtiéndose en una clara alternativa a las inversiones en áreas desarrolladas, envueltas en una creciente volatilidad a lo largo de estos años.


Y es que algunos datos de estos países emergentes, pueden sorprender y sacar los colores a muchos países desarrollados. En Latinoamérica, el nivel de endeudamiento público de los miembros del G-5 (Brasil, México, Chile, Colombia y Perú) está en torno al 20%, el de los hogares al 10% y el de las empresas no llega al 20%. En Brasil, hasta el 61% del PIB se genera ya en consumo doméstico y sus tipos de interés han bajado 4,5 puntos desde agosto de 2011 hasta el 7,5%, con una inflación razonablemente controlada.


En Asía, los últimos datos coyunturales de producción industrial, inversión y exportaciones parecen confirmar la mejora del ritmo de actividad de China. A esto se une un dato de inflación del país que ronda el 1,7%, niveles moderados y por debajo de la meta oficial del 4%, lo que va a facilitar la continuidad de las políticas expansivas si la coyuntura lo exige.


Además no hay que olvidar que las divisas de mercados emergentes podrían ser otro catalizador que impulsará la deuda de estos países. ¿El motivo? Las dudas que persisten sobre el atractivo que pueda tener el dólar en el futuro debido a los efectos que a largo plazo puedan tener la política de expansión cuantitativa y la incertidumbre en torno al precipicio fiscal en EEUU.


Todos estos datos nos hacen pensar que de cara a 2013, la inversión en deuda emergente sigue siendo una de las opciones más interesantes, y que se ha convertido a día de hoy en una alternativa real a Europa o EEUU.

Cristina Gavín Moreno (cgavin@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 16 de diciembre de 2012


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