Servicio de estudios: Colaboraciones
24-02-2013

La Eurozona vive

La crisis económica, política e institucional de la Zona Euro se agudizó a mediados de 2012 hasta tal punto que la ruptura de la unión monetaria fue considerada un escenario relativamente probable. Entonces, con el apoyo de Super Mario Draghi, los políticos de los países implicados decidieron evitar el colapso y tomar el único camino alternativo que parecía factible: el de una mayor integración. Se establecieron cortafuegos para mitigar la tensión en los mercados financieros, los países cuya solvencia se cuestionaba han profundizado en sus esfuerzos de consolidación fiscal y se ha establecido una agenda que contempla la unión bancaria y una mayor integración política.


Se ha avanzado, por tanto, en la resolución de la crisis institucional. En cuanto a la crisis económica, los datos del último cuarto de 2012 fueron muy negativos, con una caída trimestral del PIB del 0,6% para el conjunto de la Zona Euro y un mal comportamiento generalizado por países. La mala coyuntura no la sufrían sólo los periféricos sino también los del núcleo, incluida la presunta locomotora alemana, que registró un retroceso también del 0,6%.


No obstante, la menor probabilidad asignada a los escenarios apocalípticos y de ruptura ha permitido en un entorno de abundancia de liquidez y búsqueda de rentabilidad una notable contención de las primas de riesgo. Además, se ha avanzado en la corrección de los desequilibrios presupuestarios y los indicadores de confianza parecen mostrar un cambio de tendencia favorable que esperamos se vea reflejado en la economía real. No se puede decir que sea la región más dinámica del planeta y queda mucho por construir, pero la Zona Euro vive. Nadie dijo que integrar económica y cada vez más políticamente a por ahora 17 países con más de 330 millones de habitantes fuese una tarea sencilla.

Santiago Martínez Morando (smartinezm@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 24 de febrero de 2013


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