Servicio de estudios: Colaboraciones
10-03-2013

A bailar mientra la música suene

Esta semana han abundado los titulares sobre los nuevos máximos históricos del índice estadounidense Dow Jones. Apenas han sido necesarios cinco años para que los inversores en renta variable norteamericana hayan recuperado las pérdidas generadas por una de las mayores crisis económicas de la historia reciente.

Llegado este punto los inversores alcistas argumentarán la capacidad de recuperación de la primera economía mundial. No cabe la menor duda de ello, con unos beneficios empresariales que se sitúan un 20% por encima de los niveles alcanzados en aquellos meses de 2007.

Pero no es menos cierto que esta euforia bursátil tiene lugar durante uno de los periodos de mayor incertidumbre para la economía estadounidense. La salida de la crisis ha generado importantes desequilibrios que el mercado parece dispuesto a ignorar.

Entre los principales riesgos destaca la complicada situación de su deuda pública. Desde aquellos meses de 2007 el porcentaje de deuda sobre PIB en EE.UU. se ha incrementado en 40 puntos porcentuales, hasta superar holgadamente el 100%. Por su parte, el balance entre ingresos y gastos públicos refleja un déficit próximo al 10%. No hay que preguntarse si este riesgo llegará a materializarse, sino más bien cuándo.

Pero los inversores de renta variable siguen dispuestos a mantener el modo complaciente que han demostrado en los últimos meses. Existe una confianza ciega en la capacidad de imprimir dinero de la Reserva Federal. La máxima autoridad monetaria sostiene la deuda pública comprando más de un tercio de sus emisiones y mantiene los tipos de interés en niveles artificialmente bajos.

Este tipo de políticas empujan a los inversores a la infravaloración de riesgos en la búsqueda de activos que ofrezcan una rentabilidad decente. Esta situación se puede mantener durante mucho tiempo, pero que no te pille bailando cuando la música deje de sonar.

Marcos Sánchez Bienzobas (msanchezb@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 10 de marzo de 2013


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