Servicio de estudios: Colaboraciones
24-03-2013

Seguridad y confianza

Los mercados se despertaron el lunes con la noticia de que en Chipre se iba a producir una tasa sobre los depósitos bancarios. A través de la misma se pretenden recaudar 5.800 millones de euros (33% del PIB), siendo condición necesaria para recibir unas ayudas por valor de 10.000 millones de euros. La medida es una desviación importante frente a experiencias anteriores de apoyo al sistema. Desde las autoridades europeas se insiste en que es excepcional, pero nadie se puede quitar el temor de que pueda extenderse a otros países miembros. Si bien es cierto que los países periféricos ya cuentan con programas de asistencia para sus bancos y no deberían sufrir una salida de depósitos, esta actuación no homogénea ha creado una inseguridad que no genera confianza. Una confianza que es del todo necesaria para seguir la senda de recuperación comenzada, plasmada en una reducción en las primas de riesgo y un avance positivo de los mercados de renta variable desde el pasado verano. Si a este evento le unimos el resultado arrojado por las elecciones italianas, que con el desplome electoral de Mario Monti, fiel ejecutor de las políticas reformistas y de austeridad por Europa respaldadas, señalan el nacimiento de una cierta desconfianza hacia estas gravosas políticas de ajuste. El pueblo italiano, al encumbrar al cómico Beppe Grillo y resucitar a Berlusconi de su muerte política, no hizo otra cosa sino revelarse contra la austeridad impuesta por Alemania en el seno de la Unión Europea. Y lo que más comienza a preocuparme es que, con diferentes disfraces, cierta hostilidad hacia nuestra Unión acecha en muchos países. Los líderes europeos deben seguir una hoja de ruta clara y predeterminada a la hora de intervenir, ya que necesitamos confianza en las políticas que se imponen desde las instituciones comunitarias. Porque no se ustedes, pero yo si no confío en el socorrista no me lanzo a la piscina.

Pedro Lacambra Prieto. (placambra@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 24 de marzo de 2013


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