No puedo estar sin él

Eso mismo debe pensar el mercado, no puedo estar sin estímulo monetario. El pasado junio, para sorpresa de propios y extraños el presidente de la Reserva Federal estadounidense (Fed), Bernanke, anunciaba la retirada paulatina de las compras de bonos, que nació con el objetivo de mantener a raya los tipos de interés a largo plazo y sustentar al crecimiento económico. El anuncio cayó como un jarro de agua fría, llevando a los tipos de interés americanos a 10 años desde niveles del 2% hasta casi rozar el 3%, y la tasa hipotecaria vio la mayor alza intrasemanal en 26 años hasta casi el 4,5%. Las dudas sobre si es el mejor momento para hacerlo o no, es lo que pone nervioso al mercado.

Los diferentes miembros de la Fed han echado mano de la política verbal para tranquilizar al mercado y asegurar que serán suficientemente flexibles, para contar con el margen de maniobra que requiera el momento económico y, hablan ahora de la necesidad de una política monetaria acomodaticia. El cambio o matización del discurso inicial ha llevado a las bolsas americanas a nuevos máximos históricos y a tranquilizar la subida de tipos. Pero ha puesto de manifiesto las dudas y desencuentros de opiniones que los propios expertos tienen sobre la recuperación económica americana.

Algunos se preguntan, ¿por qué ahora? Más aún cuando la crisis del Euro se recrudece de la mano de Portugal y Grecia, los emergentes se desaceleran y China está en proceso de cambiar su modelo de crecimiento. Pero, ¿y por qué no? Los datos macro han mejorado, ¿no? Sorprende el cambio de discurso de las últimas semanas, ¿acaso dudan sobre la recuperación económica? ¿O lo que temen es la inevitable volatilidad de los mercados cuando fluyen libres?

La política monetaria expansiva de la Fed ha tenido un objetivo final: dotar de tiempo a la economía para que ajuste pertinentemente. La duda que surge es si lo ha hecho lo suficiente y el sector privado está preparado para sobrevivir sin el apoyo monetario de los últimos años.

Noemí Diez Cebamanos (ndiez@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 21 de julio de 2013