¿Y qué pasa con las valoraciones?

En los últimos días algunas casas de inversión están apostando fuerte por invertir en bolsa española. La mayoría de estas recomendaciones se basan en los importantes avances de los últimos trimestres a nivel sistémico, como la mejora en la posición competitiva en España o el saneamiento del sistema financiero, así como las previsiones apuntan a una salida de la recesión hacia finales de año.

En un entorno donde cada vez es más complicado encontrar oportunidades de inversión, con Estados Unidos en máximos históricos (y amenazado por la retirada de estímulos monetarios) y las crecientes dudas sobre los mercados emergentes, la aparente mejora de la situación económica en España parece haber llamado la atención de los analistas.

Pero no hay que confundir los atisbos de mejora en la situación actual con una oportunidad de inversión. No sólo vale con los importantes avances que se han producido en la economía, sino que las valoraciones deben ser razonablemente atractivas como para compensar por los riesgos asumidos, que no son despreciables.

En mi opinión, cotizando a unos niveles de valoración en línea con su media histórica, sin apenas perspectivas de crecimiento en los próximos años y, donde los sectores de mayor peso seguirán viendo sus beneficios bajo presión, la bolsa española no cumple este criterio de inversión.

A pesar de todo, en un mercado que rara vez se mueve por fundamentales, no me extrañaría que la bolsa española llegue a romper al alza el rango en el que ha estado cotizando durante el último año. El último movimiento, motivado por la inercia de los flujos, tan sólo llevará a un encarecimiento de la bolsa española y, cuando el mercado quiera ser consciente, a una corrección hasta valoraciones más atractivas.

En este entorno, seguiría cometiendo la “imprudencia” de buscar activos cuya valoración ofrezca un margen de seguridad suficiente. Lamentablemente, cada vez hay menos activos que cumplan estos criterios.

Marcos Sánchez Bienzobas (msanchezb@ibercaja,es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 11 de agosto de 2013