Servicio de estudios: Colaboraciones
16-03-2014

Peri-euforia

El apetito inversor por la deuda española es feroz. El nivel actual al que el Tesoro obtiene financiación en plazos a diez años se sitúa en el 3,3%, nivel no visto desde 2006 y próximo a los mínimos históricos. Una situación similar está ocurriendo en otros países como Portugal, Italia, Irlanda o Grecia, los antaño malintencionadamente denominados PIIGS (cerdos en inglés).


Pero la estabilización de estas economías y la confianza en que la moneda única no se romperá no parecen por sí mismos argumentos suficientes para justificar esta “peri-euforia” que se observa en los mercados de renta fija. En el caso español, las circunstancias actuales y las dinámicas de la economía española justificarían niveles de equilibrio próximos al 4% para la deuda a diez años.


La situación actual de liquidez, con los tipos oficiales prácticamente al cero en Europa y Estados Unidos, ha dejado a los inversores con una montaña de dinero que rentabilizar. La mejora en los países periféricos se produce al mismo tiempo que la deuda de Estados Unidos pierde atractivo, al haberse iniciado la retirada de condiciones monetarias ultralaxas, y la situación en emergentes empeora por momentos. En este contexto el dinero inversor se está canalizando hacia los activos periféricos, antaño detestados y que hoy se benefician de la ausencia de alternativas.


Parece cuando menos curioso que esos inversores, que hace bien poco sacaban los colores a los países periféricos, sean los mismos que ahora nos agasajan con las bondades de nuestra mejora en competitividad y nuestro paradigma de recuperación económica.


Este entorno de “peri-euforia”, bienvenido sea dicho, puede continuar durante mucho tiempo. No obstante, conforme comiencen a aflorar alternativas los inversores podrían plantearse si realmente la deuda periférica se merece cotizar a los niveles actuales.

Marcos Sánchez Bienzobas (msanchezb@ibercaja.es). Ibercaja. Heraldo de Aragón, 16 de marzo de 2014


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