Servicio de estudios: Colaboraciones
05-10-2014

Inquietudes otoñales

Durante los últimos meses he tenido la oportunidad de mantener numerosas reuniones con compañeros de profesión, clientes o potenciales inversores. De todas ellas se pueden extraer varios puntos en común, aunque no demasiadas conclusiones. El mundo cabalga por un entorno de bajo crecimiento, con riesgos a la baja tanto en el caso de China como en Europa. Asimismo, pese a la magnitud de estímulos fiscales y monetarios que se han implementado, esta recuperación es la más débil de los últimos 60 años y no hay signos de inflación. De ello se deduce la sobrecapacidad instalada en muchos sectores económicos. Adicionalmente, la falta de reformas estructurales en determinados países (Francia e Italia) es acuciante. El ingrediente adicional es el brutal aumento del endeudamiento de los estados, con la cobertura de los bancos centrales y del sistema financiero. Algunos activos de renta fija a corto plazo cotizan a valoraciones en terreno desconocido (por no mencionar la expresión “en burbuja”) mientras que la renta variable tiene distintos matices que ponderar. Para mí este año sigue siendo válida la tesis de expansión de márgenes empresariales en Europa frente a EE.UU, por una contracción en los costes laborales y financieros. Esto posibilitará que crezcan los beneficios por primera vez en los últimos cuatro años. Y falta un factor en la ecuación, el BCE. Creo que cada vez deben de ser más las personas que le ponen una vela para que consiga depreciar el euro frente al resto de divisas e impulse los beneficios de las empresas, algo que ya ha conseguido el Banco Central de Japón. A riesgo de pecar de conservador dos puntualizaciones, la bolsa podría ya descontar en parte este escenario, y la sobrevaloración de un activo no puede llevar a tomar riesgos innecesarios que pongan en peligro la preservación del capital en el medio plazo.

Javier Rillo Sebastián (jrillo@ibercaja.es). Heraldo de Aragón, 5 de octubre de 2014


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