Cruzando el cabo de Buena Esperanza

¿Conocen el cabo de Buena Esperanza? Originalmente se llamaba “cabo de las Tormentas”, sin embargo, los portugueses decidieron cambiarle el nombre. Y es que durante muchos años, los navegantes temieron no encontrar una posible ruta marítima que llevara hacia la India navegando por el este, por eso cuando la encontraron fue como descubrir un nuevo mundo y lo bautizaron con este nombre tan evocador.

Pidiendo perdón de antemano por la obvia metáfora y por la cruda vuelta a la realidad, se podría decir que los inversores europeos estamos a punto de descubrir si el QE que el BCE ha puesto en marcha esta semana - lanzándose de esta forma a un territorio inexplorado de relajación cuantitativa sin precedentes- nos va a permitir encontrar una ruta que nos lleve a nuestra “India”, es decir, al crecimiento, la recuperación de precios y la vuelta del crédito al sector productivo.

¿Qué efecto va a tener este programa de compras sobre los mercados de renta fija europeos? Esta es la cuestión que más preocupa, sobre todo por el efecto que el QE puede tener sobre la liquidez de los mercados. Y es que los números asustan: las compras previstas rondarán los 550.000 millones de euros, mientras que la oferta neta media se sitúa en 220.000 millones, es decir, el BCE va a absorber 300.000 millones de euros en manos de los inversores. Esto va a provocar un descenso y aplanamiento de las curvas de rendimientos y un estrechamiento de los diferenciales de la periferia. Es verdad que la mayor parte del ajuste ya está descontado, pero es improbable que el efecto se mitigue a corto plazo.

Unos tipos de interés en mínimos históricos deberían impulsar al sector productivo a la búsqueda de inversiones “reales” con mayor potencial y propiciar de esta manera un crecimiento sostenido en el medio/largo plazo. Habrá que estar atentos por tanto, a ver si hemos descubierto nuestro particular cabo de Buena Esperanza o es tan solo el “viejo” cabo de las Tormentas.

Cristina Gavín Moreno (cgavin@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 15 de marzo de 2015