Una estrategia de inversión: Compra lo que compras

Los precios de las acciones reflejan la evolución de los beneficios empresariales a largo plazo. Por lo tanto debemos buscar compañías cuyos beneficios crezcan. ¿Por qué crecen? Porque lo hacen las ventas, se mantienen los márgenes y como resultado crecen los beneficios. Para conseguirlo hay que crear marca, ya que permite diferenciarse de la competencia y mantener los márgenes estables. Los clientes relacionan las marcas con unos estándares de calidad y de reconocimiento que facilita la vinculación con el producto, permitiendo invertir con márgenes superiores a los competidores, crear barreras de entrada a la competencia y controlar la política de precios. Todo ello, conduce a un valor que se mantiene y crece en el tiempo.

 
Si decido invertir en hamburguesas, tengo dos opciones: empezar desde cero creando una empresa, alquilar un local, contratar personal y por supuesto cocinar unas buenas hamburguesas, o buscar una marca reconocida cuyas acciones coticen en bolsa, analizar su valoración y comprarlas. Este ejemplo sencillo puede ser extrapolable a muchos negocios y una buena fuente de información es nuestra cesta habitual de la compra diaria. Cuando vamos al supermercado, elegimos productos de forma automática porque nuestros cerebros asocian las marcas con la calidad. Y es así tanto en comida, como bebida, productos de higiene y del hogar, ropa o calzado, servicios...

El futuro es incierto y no sabemos qué ocurrirá dentro de 10 de años, los hábitos de los consumidores se están modificando con la entrada de nuevos canales de distribución como el e-commerce, no sé si nuestros pedidos vendrán a casa volando con drones, los traerá el repartidor o iremos a comprarlos a las tiendas. Pero probablemente seguiremos comiendo yogures, bebiendo refrescos, echando jabón en nuestros lavavajillas…

En definitiva, compra lo que compras.

Alberto Blasco Cebolla (ablascoc@ibercaja.es). Ibercaja Patrimonios. Heraldo de Aragón, 5 de abril de 2015