El último ultimátum
La situación actual de Europa con Grecia, ha llegado a un punto en el que cualquier solución para los griegos va a resultar mala y tendrán que elegir entre la mejor de las peores. No hay que olvidar que van a pedir ayuda y la actitud negociadora de su gobierno no parece la más adecuada. La convocatoria del referéndum provocó el control de capitales y el temido corralito financiero, una medida, que una vez impuesta, resulta complicado salir de ella, por lo menos así ha sido para las naciones que han tenido el infortunio de sufrir esta circunstancia, que de media han tardado más de dos años en recuperar la normalidad.
Por otra parte, el Eurogrupo tiene que hacer frente a una situación, en la que más allá de solucionar el problema de Grecia, tienen que tomar una resolución que marque el futuro de la Unión Europea, que satisfaga a todos los miembros y que marque los límites para ser socios de este club.
Nos encontramos ante una crisis de deuda en la que, a diferencia de las sufridas en años anteriores, afecta a un país miembro de la Unión. El riesgo de contagio está más controlado puesto que la mayor parte de la deuda la tienen instituciones públicas. El BCE hará todo lo que sea necesario para controlar la situación y la estabilidad del Euro. Eso pasa por vigilar tanto el nivel de las primas de riesgo, en especial las de España e Italia, como el nivel absoluto de los tipos de interés, para que esta crisis no afecte a los esperanzadores niveles de crecimiento que se están consiguiendo en gran parte de la zona Euro.
Alberto Blasco Cebolla (ablascoc@ibercaja.es). Ibercaja Patrimonios. Heraldo de Aragón, 12 de julio de 2015
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