Servicio de estudios: Colaboraciones
27-12-2015

El problema de las expectativas

A falta de cuatro días para despedir el año, me encuentro en la disyuntiva de si es más lógico hacer un balance del año o hablar de previsiones. Voy a unir ambos temas con una reflexión para cualquier aspecto de la vida terrenal: el riesgo de decepción es proporcional al nivel de expectativas que se tienen.


Como consecuencia del masivo endeudamiento, los Bancos Centrales encargados de fijar el precio del dinero, han situado los tipos de interés en mínimos históricos del 0%. Ello supone un lastre para los ahorradores y un beneficio para los deudores. Tomando este entorno como punto de referencia, analicemos qué determina el precio al que cotizan los activos. Para 2016, en renta fija: ¿hay valor en la deuda pública a 3 años en Alemania o España ofreciendo una rentabilidad del -0´28% y +0´24% respectivamente? Bien, pasemos a la renta variable. Aquí hay que analizar tanto los beneficios como el múltiplo pagado (PER). Saben todos ustedes mi visión sobre EEUU, no ha cambiado, espero al índice S&P500 en 1700 puntos (16´5 veces PER y $106 de beneficios), hoy lo tenemos en 2065. En Europa, hay que ser relativamente optimista mientras tengamos el petróleo por debajo de $50, el tipo de cambio euro dólar por debajo de 1´20 y un Banco Central inyectando dinero y confianza. Vuelvo a las expectativas, ¿cómo de optimista para 2016? Desde 1986, el retorno medio de la bolsa europea ha sido del 7´26% (sin ajustar dividendos ni inflación). Mi consejo es revisar a la baja las expectativas, el riesgo de decepción será menor. Realismo lo llamo.

Javier Rillo Sebastián (jrillo@ibercaja.es). Ibercaja Gestión. Heraldo de Aragón, 27 de diciembre de 2015


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