Draghi 0 - Yellen 1
Beatriz Catalán. Expansión
¿Y dónde está la clave realmente de dicha actuación? Claramente en la Reserva Federal Americana. Janet Yellen tiene una cita fundamental el próximo 16 Diciembre, dónde está bastante descontado que subirá tipos, tras continuos datos macro que así lo justifican, aparte de las diferentes declaraciones de representantes acreditados. Pero no hay que olvidar que tenemos una variable que nos relaciona ambas economías: el euro/dólar. Si el BCE hubiera sido más agresivo en esta última reunión y hubiera presionado al euro a niveles más bajos, hubiera dificultado a la Fed en su misión de subir tipos, por lo que Mario Draghi parece que le ha cedido elegantemente a la presidenta de la Fed la “batuta” en su proceso de normalización monetaria.
Está claro, que la Fed tiene un ojo puesto permanentemente en el dólar, por el fuerte impacto que tiene en su economía. En los últimos cuatro trimestres el PIB norteamericano se ha incrementado un 2,2%. Si excluyéramos el efecto de la brusca caída en las exportaciones netas que ha ocurrido durante el pasado año, el PIB hubiera crecido a una tasa cercana al 2,9%. La desaceleración global de la economía, junto a una apreciación del dólar del 15% en términos reales, ha detraído alrededor de un 0,7% el crecimiento económico. Y éste impacto de un dólar fuerte no ha pasado desapercibido para la Reserva Federal. En una reciente comparecencia del Gobernador de la Fed Lael Brainard, apuntó a que los modelos económicos indicaban que la apreciación del dólar del 15% desde Junio de 2014 era equivalente a una subida de 100 puntos básicos en el tipo de intervención, en términos de sus efectos sobre el crecimiento y la inflación. Estos efectos además tienen un gran impacto a medio plazo, ya que se estima que ésta apreciación real del dólar detraerá en torno a 2,5% puntos de PIB en los próximos 3 años. Por tanto, el impacto del dólar en la economía americana todavía no se ha sentido en su totalidad.
Pero lo que sí está claro es que la Fed tiene que empezar su normalización monetaria ya. Yellen ha apuntalado hacia este sentido; por una parte detallando el momento de su primer movimiento, y por otra parte señalando que las futuras subidas de tipos se producirán gradualmente. Con un mercado laboral cercano al pleno empleo, con una tasa de desempleo cercana a la tasa natural o NAIRU, la curva de Phillips está lista para despertar y señala estabilidad en la inflación a medio plazo y la confianza de que ésta volverá al 2% a medio plazo.
Tenemos bastante olvidado en el tiempo lo que supone la normalización monetaria de una economía que crece, crea empleo, presenta tipos de interés que recogen de forma más “económica” el riesgo de crédito y sin estímulos ni soportes. Aunque de ese interés también pueden surgir ciertas incertidumbres de posible “importación” de efectos. No hay que obviar el fuerte volumen de crédito en divisa norteamericana fuera de EE.UU., casi 10 trillones $, de los que alrededor del 40% se encuentran en países emergentes. Por destacar: el crédito a China cercano a 1,2 trillones $ (aproximadamente el 10% PIB), a Brasil 322 millones $ (en torno al 17% PIB), países que podrían verse afectados negativamente por unas condiciones financieras menos favorables.
Y efectos también en Europa. Será interesante ver los avances en este sentido combinados con los de una política monetaria opuesta, y con una variable de equilibrio entre ambas economías, cuyo pulso hacia un lado u otro favorece a una u otra zona. ¿Draghi 0, Yellen 1? No está claro todavía quién ganará en dicho asalto, pero sí podemos encontrar otra vencedora segura para el próximo año: la volatilidad.
Beatriz Catalán Corredor
Doctora en Economía
Gestora de Inversiones, Ibercaja Gestión
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